La relación entre la
violencia infligida por la pareja, por un lado, y las lesiones y la mala salud
de las mujeres, por otro, se ha convertido en un importante tema de salud
pública. Según estudios de la OMS se ha encontrado un fuerte vínculo entre la
violencia y los síntomas físicos y mentales de salud precaria.
La violencia infligida por la pareja y la salud
física.
Es mucho más probable
que las mujeres que han sido víctimas de violencia infligida por su pareja
afirmen tener mala o muy mala salud en comparación con las mujeres que nunca
han sufrido maltrato por parte de su pareja.
También es más
probable que las mujeres que alguna vez han sido víctimas de violencia hayan
tenido problemas al caminar y realizar sus tareas cotidianas o hubieran sentido
dolores, pérdida de memoria, mareos y pérdidas vaginales.
Cabe señalar, en
particular, que los problemas de salud recientes para estas mujeres están
relacionados con experiencias de violencia a lo largo de la vida. Ello sugiere
que los efectos físicos de la violencia pueden persistir mucho después de que
la experiencia violenta haya finalizado, o que el maltrato acumulado afecta a
la salud en mayor medida.
La violencia infligida por la pareja y la salud
mental.
Es común que las
mujeres que han sido víctimas de violencia infligida por su pareja tengan
problemas de salud mental, angustia emocional y comportamientos suicidas. Se
puede identificar la angustia emocional mediante síntomas como el llanto fácil,
la incapacidad para disfrutar de la vida, la fatiga y los pensamientos
suicidas.
Estudios al respecto
realizados por la OMS indican que las mujeres que han tenido pareja alguna vez
y que han sufrido violencia física o sexual, o ambas, por parte de su esta registran
unos niveles considerablemente más altos de angustia emocional en comparación
con aquellas que no han sido víctimas de violencia.
Asimismo es mucho más
probable que las mujeres que han sido víctimas de violencia infligida por su
pareja hayan pensado en suicidarse alguna vez y que lo hubieran intentado, en comparación
con las mujeres que no habían sido víctimas de violencia.
La violencia infligida por la pareja y la salud
reproductiva.
Violencia durante el embarazo.
Los resultados de
diversos estudios al respecto confirman las conclusiones obtenidas tanto en los
países en desarrollo como en los industrializados de que el embarazo constituye
con frecuencia un estado que protege contra la violencia, aunque esta
conclusión no se aplica a todas las culturas.
Abortos espontáneos o inducidos.
Las mujeres que se encuentran
embarazadas y que son víctimas de violencia infligida por su pareja pueden
sufrir más abortos inducidos que aquellas que no viven una situación de
violencia domestica. También es más probable que las mujeres maltratadas tengan
algún aborto espontáneo, en comparación con las mujeres que nunca han sido
víctimas de violencia infligida por su pareja. - Izzy
Extraído de: “Investigación pre-experimental
acerca del efecto del Programa de Recuperación Breve (PRB) para Sobrevivientes
de Trauma de la Dra. Edna B. Foa y el Dr. David S. Riggs en el tratamiento
ambulatorio a mujeres víctimas de violencia atendidas en el Centro para el
Desarrollo de la Mujer (CEDEM); Autor: Ezequiel Meilij.
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