miércoles, 11 de junio de 2014

Tres motivaciones para el sexo


Al hablar de un modelo de sexualidad saludable, siempre hago énfasis en que se den estas cinco condiciones básicas: confianza, consentimiento, igualdad, respeto y seguridad. Algunos preguntarán: ¿y qué pasa con el amor? Bueno, lamento reventarles la burbujita de la idealización, pero el amor no pincha ni corta en esta ecuación. Sorry. Lo siento. Mis condolencias.

En el mundo real, los seres humanos navegamos el campo de la sexualidad movidos por motivaciones diversas, desde “one night stands” (sexo de una noche), pasando por relaciones casuales, amigos con beneficios (follamigos) y esas relaciones “ideales” (o idealizadas) donde se da el amor y el sexo en conjunción perfecta, casi perfecta o (la favorita de los psicólogos) suficientemente buena.

Ojo, no estoy en contra del sexo con amor (o amor con sexo). ¡Para nada! Personalmente creo que es la experiencia más completa, pero hay que aceptar que no es ni la norma ni el ideal para algunos (o muchos). A falta, o exceso, de amor, al menos que se cumplan los cinco criterios arriba mencionados.

Para la Dra. Leslie Becker-Phelps, una forma de pensar en ello es clasificar el sexo como puramente físico, puramente emocional, o por apego.

Motivación #1: El sexo puramente físico.

Es impulsado por un deseo de placer sensual. Acá cada quien va a lo que va y las cuentas están claras, no hay lazos, ataduras ni compromisos. Eso si, por favor, tampoco malentendidos. Cada quien se supone suficientemente maduro (emocionalmente) para aceptar su responsabilidad a la hora de lanzarse al ruedo.

Aclaración importante, esto no necesariamente significa una ausencia total, completa y absoluta de emoción. Ese sexo desconectado, casi disociado es potencialmente tóxico (para todos los implicados). Recuerden que todo extremo es malo. Podemos estar conectados con nuestras emociones, bien claros en la ausencia de amor, afecto, compromiso, etc. entre los participantes, tener sexo puramente físico y disfrutarlo.

Motivación #2: El sexo puramente emocional.

Es impulsado por la necesidad de sentirse reasegurado emocionalmente. Es buscar el amor a través del sexo, una ruta particularmente escabrosa y casi siempre asimétrica, es decir, puede pasar que mientras uno de los participantes está buscando amor, el otro está buscando sexo.

Si bien tanto el sexo puramente físico como el puramente emocional pueden considerarse experiencias incompletas, personalmente considero que esta segunda variante es más peligrosa para el bienestar emocional de los implicados.

El problema del sexo puramente físico y emocional.

El problema para las personas atrapadas en sólo tener relaciones sexuales puramente físicas o emocionales es que se están perdiendo de mucho, más exactamente, se están perdiendo la otra mitad de la experiencia y por ello, a menudo experimentan problemas sexuales.

Es simple: el inconsciente se encarga de hacer consciente lo que está ausente, y su canal de acción predilecto es el somático. Nuestro cuerpo nos avisa que algo anda mal, fuera de balance, en desequilibrio.

Quienes se han cerrado a lo emocional es probable que luchen con el rendimiento (disfunción eréctil y eyaculación precoz para el hombre, por ejemplo). Su meta terapéutica será trabajar en la intimidad emocional en su relación - fuera de la habitación, abrirse más, compartir y expresar pensamientos y sentimientos. Básicamente, hacerse vulnerable con la pareja.

Quienes se han cerrado a lo físico son propensos a tener problemas con la excitación (incapacidad para lubricar para la mujer, por ejemplo). Su meta terapéutica será trabajar en sentirse mejor consigo mismo y darse el permiso de tomar los comentarios positivos de su pareja. Esto pone a prueba las creencias sobre ellos y su pareja, muchas veces distorsionadas e idealizadas.

Se trata de volver a conocerse, con menos idealidad y más realidad. ¿Se entiende?

Motivación #3: El sexo por apego.

Está motivada por un deseo mutuo de cercanía física y emocional. Acá tenemos lo mejor de dos mundos: el confort emocional, el placer sexual y un profundo sentido de unión entre los participantes.

Nos gusta pensar que este es el modelo ideal, pero tenemos que recordar que lo ideal no es lo real y este modelo no tiene por qué ser la norma. A lo largo de nuestras vidas y de nuestras relaciones podemos experimentar cualquiera de estos modelos, incluso dentro de una relación donde hay amor. Si, a veces tenemos ganas de experimentar esa conexión única y sublime con nuestra persona amada y deseada, pero a veces solo queremos sentirnos amados y contenidos por ella o sencillamente queremos sacarnos las ganas con una sesión de sexo salvaje y desinhibido al mejor estilo Animal Planet.

Como dice la Dra. Leslie Becker-Phelps, el sexo por apego no es el único "buen" sexo y es un problema ver el sexo por apego como el ideal por el cual cada uno debe luchar todo el tiempo, hay un lugar muy real para el sexo físico y emocional.

Hay que saber encontrar el equilibrio en pareja, algunos días el querrá más emoción, algunos días ella querrá más acción y a veces se encontrarán a mitad de camino. - Izzy

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