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lunes, 24 de febrero de 2014

Café con TCC - VII: Práctica de la Terapia Cognitiva.

¡Hola! Llegamos a la entrega final de la serie “Café con TCC” un vistazo general a lo que es la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) en base al marco teórico de mi tesis de maestría en Psicología Clínica (acerca del uso de la TCC en el abordaje y tratamiento del trauma en mujeres víctimas de violencia doméstica).

Espero hayan disfrutado el viaje y les haya aclarado algunas dudas sobre las premisas teóricas y básicas de la TCC y tal vez les haya encendido la curiosidad por aprender más sobre ella. Nuestra última parada es la práctica de la terapia cognitiva:




Conceptos básicos y principios.

La terapia cognitiva es un procedimiento activo, directivo, estructurado y de tiempo limitado que se utiliza para el tratamiento de diversos trastornos psiquiátricos. Se basa en el supuesto teórico subyacente de que los afectos y la conducta de un individuo están determinados en gran medida por la forma en que él estructura el mundo.

Las técnicas terapéuticas van encaminadas a identificar, cotejar con la realidad y modificar las conceptualizaciones distorsionadas y las creencias disfuncionales (esquemas) que subyacen a esas cogniciones.

La teoría cognitiva estipula que la mejoría sintomática en un trastorno psicológico se logra a través de la modificación de pensamientos disfuncionales y que una mejoría duradera (reducción de recaídas) se logra mediante la modificación de las creencias inadecuadas.

El terapeuta trabaja y espera lograr el cambio en tres niveles:

- El superficial, consistente en los pensamientos automáticos.

- El intermedio, consistente en los supuestos subyacentes.

- El profundo o nuclear, consistente en los esquemas.

Esta terapia tiende a ubicarse en el modelo educativo donde prevalece la idea de aprendizaje de nuevas formas de conocimiento que permitan adquirir nuevas conductas, más apropiadas o útiles para lograr las metas personales.

Los principios.

1. Se basa en una formulación permanentemente evolutiva del paciente y sus problemas en términos cognitivos.

2. Requiere una solida alianza terapéutica.

3. Enfatiza la colaboración y la participación activa.

4. Se orienta hacia metas y se centra en los problemas.

5. Enfatiza el presente (al menos inicialmente).

6. Es educativa, apunta a enseñarle al paciente a ser su propio terapeuta y enfatiza la prevención de la recaída.

7. Apunta a ser de tiempo limitado.

8. Las sesiones son estructuradas.

9. Enseña a los pacientes a identificar, evaluar y responder a sus creencias y pensamientos disfuncionales.

10. Usa una diversidad de técnicas para cambiar los pensamientos, el estado de ánimo y las conductas.

La estrategia.

En un nivel amplio el terapeuta apunta a facilitar la remisión de los síntomas y prevenir la recaída mediante la modificación de sus pensamientos y creencias disfuncionales. La secuencia temporal característica del proceso se desarrolla en las siguientes etapas:

1. Etapa inicial:

- Desarrollar una firme alianza terapéutica.

- Identificar y especificar los objetivos.

- Resolver los problemas.

- Enseñar el modelo cognitivo.

- Lograr la activación del paciente (si está deprimido o desanimado).

- Instruirlo acerca de su trastorno.

- Enseñarle a identificar, evaluar y responder a sus pensamientos automáticos.

- Socializarlo sobre las tareas de auto-ayuda, la programación de las sesiones y el feedback al terapeuta y enseñarle las estrategias para enfrentar sus problemas.

2. Etapa media:

- Continuar trabajando en los anteriores puntos.

- Identificar, evaluar y modificar las creencias.

- Utilizar técnicas racionales, emocionales y conductuales.

- Enseñarle habilidades prácticas para alcanzar sus objetivos.

3. Etapa final:

- Preparación para la finalización.

- Prevención de la recaída.

Estructura de las sesiones.

El modelo estructural básico de las sesiones puede esquematizarse con el siguiente programa:

- Breve recuento de lo sucedido luego de la última sesión y registro del estado anímico.

- Enlace con la sesión anterior (consecuencias, asuntos pendientes, etc.).

- Fijación de la agenda para esta sesión.

- Revisión de la realización de la tarea asignada de auto-ayuda.

- Tratamiento de los puntos estipulados en la agenda.

- Fijación de las nuevas tareas de auto-ayuda.

- Resumen final y la devolución (feedback) del paciente.

Tareas de auto-ayuda (entre sesiones).

Beck indicaba que a menos que el cliente haga la práctica de su cambio de pensamiento, el resultado no será significativo o perdurable. La prescripción de tareas para el hogar es un elemento habitual y considerado fundamental para lograr el cambio en las terapias cognitivas. Su objetivo específico puede ser, entre otros:

- Cambiar una conducta disfuncional o establecer una conducta apropiada.

- Modificar las creencias y los pensamientos distorsionados.

- Vencer temores e inhibiciones, mejorando la auto-confianza.

- Perfeccionar y consolidar mediante la práctica las nuevas conductas.

Así culmina nuestro “Café con TCC”, al menos por el momento. Quién sabe, de repente revisitamos la sección para hablar de nuevos temas relacionados con la teoría cognitivo conductual, hasta entonces, ¡Namaste! – Izzy

viernes, 21 de febrero de 2014

Café con TCC - VI: Las distorsiones cognitivas.

¡Hola! Llegamos a la anteúltima entrega de “Café con TCC” un vistazo general a lo que es la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) en base al marco teórico de mi tesis de maestría en Psicología Clínica (acerca del uso de la TCC en el abordaje y tratamiento del trauma en mujeres víctimas de violencia doméstica). Espero hayan disfrutado el viaje hasta ahora y les haya aclarado algunas dudas sobre las premisas teóricas y básicas de la TCC y tal vez les haya encendido la curiosidad por aprender más sobre ella. Ahora vamos a lo que nos atañe…

¿Qué son las distorsiones cognitivas?

Las distorsiones cognitivas son una forma de error en el procesamiento de información. Desempeñan un papel predominante en la psicopatología al producir la perturbación emocional. 

La primera enumeración fue dada por Albert Ellis y fue ampliado por Aaron T. Beck. Las distorsiones cognitivas son las que determinan las creencias desadaptativas (pensamientos automáticos) que producirían la perturbación (reacción emocional y comportamental). 

Estas percepciones y pensamientos distorsionados que realiza el sujeto acerca de sí mismo, del mundo y del futuro, lo llevan a desarrollar estados de ánimo disfuncionales. 

Aprender (y enseñar) a refutar estas distorsiones y sus consecuentes pensamientos negativos, se conoce como reestructuración cognitiva.

Las distorsiones cognitivas más frecuentes.

La lista de distorsiones puede variar de autor en autor y de libro en libro, razón por la cual para propósitos de este post, alteré el listado como aparece originalmente en mi tesis acorde al listado de distorsiones cognitivas citado por Judith Beck en el libro “Cognitive Behavior Therapy - Basics and Beyond”:

Pensamiento de todo o nada (pensamiento dicotómico o en blanco y negro): Se refiere a ver los eventos o las personas bajo la lupa del todo o nada. Ejemplo: “Toda esta relación fue una porquería.”.

Adivinación del futuro (catastrofización): El sujeto predice que las cosas van a ponerse peor o algún peligro está por llegar. Ejemplo: “¿Para qué estudiar si voy a fracasar?”.

Descalificar o descartar lo positivo: Consiste en atribuir que los talentos y logros (todo lo positivo) que uno tiene o que otros obtienen son triviales. También se le conoce como minimizar lo positivo. Ejemplo: Una joven profesional, con una excelente carrera y graduada con honores, al hacer una revisión de su rendimiento laboral describe los éxitos obtenidos desvinculando los esfuerzos realizados o desconociendo que gracias a sus habilidades se pudo llegar a la meta propuesta.

Razonamiento emotivo: Dirigir los juicios en base a los sentimientos. Ejemplo: “Mi compañero de trabajo se ha estado quedando hasta tarde en la oficina con nuestra jefa. Siento celos y sospecho de mi compañero. Basado en estos sentimientos, concluyo que mi compañero debe de estar manteniendo un amorío con ella.”

Rotulación (etiquetación): Asignar rótulos o rasgos negativos globales a uno mismo o a otros. Ejemplo: “Yo soy un/a inútil.”

Magnificación/minimización (magnificar lo negativo y minimizar lo positivo): Subestimar y sobreestimar la manera de ser de eventos o personas. Ejemplo: “No me has llamado, me quiero morir.” “Sacaste un 10 en el examen. Seguro eran preguntas facilísimas.”

Filtro mental (abstracción selectiva): Enfocar y seleccionar solo los puntos negativos y no ver los positivos. Ejemplo: Una persona obtiene una mala calificación en un área de su desempeño y una excelente apreciación general sobre sus cualidades, carácter y dedicación; sin embargo desecha estas últimas y considera que ha fracasado totalmente basado solamente en la mala calificación.

Lectura de la mente: El sujeto supone que conoce lo que la gente está pensando sin tener suficientes evidencias sobre sus pensamientos. Ejemplo: “Yo sé que ella está pensando que yo no estoy preparada para este trabajo.”

Generalización (o sobre-generalización): Hace referencia a tomar casos aislados y generalizar su validez para todo. Ejemplo: “Ella no vino a la cita. Todas las mujeres son unas malditas.”

Personalización: También conocida como falsa atribución, consiste en asumir que uno mismo u otros han causado cosas directamente, cuando muy posiblemente no haya sido el caso en realidad. Cuando se aplica a uno mismo puede producir ansiedad y culpa, y aplicado a otros produce enojo exacerbado y ansiedad de persecución. Ejemplo: “A mi madre le dio un ataque. Tiene que ser culpa mía por no haberla llamado desde hace días.”

Expresiones con “debe” o “debería” (exigencias, demandas): Se trata de concentrarse en lo que uno piensa que "debería" ser en lugar ver las cosas como son, y tener reglas rígidas que se piensa que deberían aplicarse sin importar el contexto situacional. Ejemplo: “Aunque la haya mandado al diablo, debería de llamarme para ver cómo estoy.”

Visión de túnel: Solo se ven los aspectos negativos de una situación. Ejemplo: “El profesor de mi hijo no puede hacer nada bien. Es criticón e insensible y pésimo educador.”

Ya saben, la próxima vez que se encuentren sintiéndose o actuando mal, deténganse un momento y háganse la siguiente pregunta: “¿En qué estoy pensando?” Es probable que detecten una (o varias) distorsiones cognitivas en su forma de pensar que no les están haciendo nada de bien y que no vendría mal cambiar por pensamientos más sanos, realistas, flexibles y adaptativos. - Izzy.

Próxima parte: Práctica de la Terapia Cognitiva.

lunes, 10 de febrero de 2014

La transferencia y contratransferencia en la Terapia Cognitivo Conductual (TCC).

¡Hola! Les cuento, podemos decir que la terapia cognitiva conductual es mi línea terapéutica predilecta; después de todo, fue la base teórica de mi tesis de maestría en psicología clínica y mi mentor en esta corriente teórica fue Fabio Bethancourt, ¡una eminencia en TCC (y una belleza de ser humano)!

Sin embargo, yo soy de la filosofía integrativa, es decir, considero que toda corriente teórica y terapéutica en el campo de la psicología tiene su utilidad, y al igual que en tantas otras cosas de la vida, la diversidad enriquece la experiencia. Por eso no es raro verme en congresos de relaciones objetales y tomando seminarios de corte psicodinámico, ¡hay que tener la mente abierta!

En uno de los últimos congresos organizados por el IPI Panamá (Instituto de Psicoterapia Internacional) tuve el gusto de conversar con muchos colegas acerca de este tema de corrientes psicodinámicas y cognitivo conductuales, sus parecidos y diferencias y comenté que a pesar de mi corte cognitivo, en mis consultas sigo prestando muchísima atención a la transferencia y contratransferencia.

Transferencia: La función psíquica mediante la cual un sujeto transfiere inconscientemente y revive, en sus vínculos nuevos, sus antiguos sentimientos, afectos, expectativas o deseos infantiles reprimidos.

Contratransferencia: Conjunto de las reacciones inconscientes del analista frente a la persona del analizado y, especialmente, frente a la transferencia de éste.

Esto nos llevo a la interesante pregunta: ¿Existe la transferencia y contratransferencia en la TCC? Actualmente estoy leyendo el libro “Cognitive Behavior Therapy - Basics and Beyond” de Judith S. Beck y me atrevo a decir que podemos considerarlo la “biblia” de la TCC, y no mencionan para nada la transferencia y contratransferencia.

El tema me quedo dando vueltas en la cabeza y finalmente di con algo revisando el libro “Learning Cognitive-behavior Therapy: An Illustrated Guide” de Jesse H. Wright. Les comparto lo que aprendí:

La transferencia en la Terapia Cognitivo Conductual (TCC).

"Usted no me entiende, doctor, nunca me entiende (igual
que mi papá...)"
El concepto de transferencia se deriva del psicoanálisis y psicoterapia psicodinámica, pero esta sustancialmente revisado en la TCC para ser consistente con sus teorías y métodos. Como en otras terapias, el fenómeno de transferencia es visto como la recreación en la relación terapéutica de elementos clave de relaciones previas importantes (padres, abuelos, maestros, jefes, colegas). Sin embargo, en la TCC no se enfoca en sus componentes inconscientes o en los mecanismos de defensa sino en las formas de pensar y actuar habituales que se recapitulan en el marco terapéutico. 

Dado que usualmente la TCC es de corta duración, con una alianza terapéutica directa y altamente colaborativa, la intensidad de la transferencia es menor que en la psicoterapia psicodinámica. Además, no es vista como un mecanismo primario o necesario para el aprendizaje o el cambio. Aun así, el estar conscientes de las respuestas de transferencia en los pacientes y la habilidad de usar este conocimiento para mejorar la relación terapéutica y modificar patrones disfuncionales de pensamiento son partes importantes de la TCC.

Al evaluar la transferencia en la TCC, el terapeuta está pendiente de esquemas y patrones comportamentales asociados que probablemente se desarrollaron en el contexto de relaciones significativas pasadas. Esta evaluación sirve dos funciones primarias:

- El terapeuta puede analizar la relación terapéutica y aprender acerca de las creencias centrales y examinar en vivo los efectos de estas cogniciones sobre el comportamiento del paciente en relaciones importantes.

- El terapeuta puede diseñar intervenciones para cercenar cualquier efecto negativo de la transferencia sobre la alianza terapéutica o el desenlace de la terapia.

Si hay evidencias de que una creencia central esta influenciando la relación terapeuta-paciente, el clínico debe considerar las siguientes preguntas:

¿Es la transferencia un fenómeno saludable o productivo? 

De ser así, el terapeuta puede abstenerse de comentar al respecto y permitir que siga su curso.

¿Cree que hay potencial para efectos negativos de la transferencia?

Quizás el estado actual de la transferencia sea neutral o benigno, pero existe la posibilidad de complicaciones. Se debe planear anticipadamente y tomar acciones preventivas para evitar problemas futuros, tales como colocar límites estrictos y detallar directrices detalladas para la alianza terapéutica.

¿Hay una reacción de transferencia que requiere de atención inmediata?

Si la reacción de transferencia interfiere con la colaboración, bloquea el progreso o tiene efecto destructivo sobre la terapia, el terapeuta debe tomar acción. Las intervenciones pueden incluir psico-educación sobre el fenómeno de transferencia, uso de técnicas estándar de TCC para modificar pensamientos automáticos y esquemas involucrados en la transferencia, practicar comportamiento alternativos más saludables, etc.

La contratransferencia en la Terapia Cognitivo Conductual (TCC).

"¡Es que tu nunca me escuchas, eres mi paciente
pero no me escuchas (igual que mi hijo...)!"
El terapeuta debe estar alerta a posibles reacciones de contratransferencia que puedan estar interfiriendo con el desarrollo de una relación terapéutica colaborativa. La contratransferencia en la TCC ocurre cuando la relación con el paciente activa pensamientos automáticos y esquemas en el terapeuta, y estas cogniciones tienen el potencial de influir sobre el proceso terapéutico. Como los pensamientos automáticos pueden operar fuera de nuestra plena conciencia una buena manera de detectar posibles reacciones de contratransferencia es reconocer reacciones emocionales, sensaciones físicas y comportamientos que pueden estar siendo estimuladas por nuestras cogniciones.

¿Indicadores comunes de que puede estar ocurriendo una reacción de contratransferencia?

- Sentirse enojado, tenso o frustrado con el paciente;

- Aburrirse en la terapia;

- Sentir alivio cuando el paciente está atrasado o cancela la cita;

- Tener dificultades repetidas trabajando con un tipo particular de trastorno, conjunto de síntomas o dimensión de la personalidad;

- Sentirse atraído particularmente a cierto paciente.


Las teorías y métodos de la TCC pueden usarse por parte del terapeuta para manejar y entender la reacción. Primeramente se deben identificar los pensamientos automáticos y esquemas, y entonces trabajar en modificarlos.

Bueno, espero que este tema les haya parecido interesante y me encantaría escuchar sus ideas, comentarios, preguntas y experiencias al respecto. Seguro a todos nos ha pasado alguna vez sentir estas reacciones de contratransferencia con uno que otro paciente, después de todo, somos humanos y lo importante es detectarlas a tiempo y hacer lo necesario para asegurar el bienestar del paciente y de la relación terapéutica. ¡Se me cuidan mucho y hasta el próximo post! – Izzy

Fragmentos extraídos del libro “Learning Cognitive-behavior Therapy: An Illustrated Guide” de Jesse H. Wright.

lunes, 20 de enero de 2014

Café con TCC - V: La Terapia Cognitivo Conductual (T.C.C.) de Aaron T. Beck - I.

La Terapia Cognitiva está basada en el modelo cognitivo que postula que las emociones y conductas de las personas están influidas por su percepción de los eventos. Las reacciones pueden ser Emotivas, Conductuales o Fisiológicas. Los pensamientos automáticos son los pensamientos evaluativos, rápidos y breves que no suelen ser el resultado de una deliberación o razonamiento... Leer más.

miércoles, 15 de enero de 2014

Café con TCC - IV: Práctica de la Terapia Racional Emotiva Conductual (T.R.E.C.)


Los estilos.

Para la discusión o refutación de las creencias el terapeuta puede utilizar diversos estilos:

Estilo Socrático: Lleva a las conclusiones a través de preguntas orientadas.

Estilo Didáctico: Brinda información, explicación, etc.

Estilo Humorístico: Muestra la evidencia a través de lo cómico de una creencia irracional.

Estilo Auto-revelador: Ilustra argumentos con ejemplos de su propia experiencia, de su vida personal.

Estilo Metafórico: Ilustra conceptos con metáforas (“Es como si…”) referidas a temas que resultan familiares al cliente.

Los pasos del abordaje de las demandas.

Para abordar y refutar las demandas es necesario cumplir los siguientes pasos:

1. Establecer el vinculo, definir el/los problema/s y acordar el/los objetivo/s.

2. Elegir por cuál problema empezar.

3. Determinar y evaluar “A” y “C”.

4. Explicar la relación A-B-C si el paciente lo necesita.

5. Evaluar si hay “C” secundarias.

6. Determinar “B”.

7. Mostrar la relación entre “B” y “C” hallados.

8. Refutar las “B” irracionales.

9. Refutar auto-condena y condenas globales (si hubieran).

10. Determinar la “E” (la “B” racional y eficaz).

11. Enfatizar la importancia y necesidad de las tareas de auto-ayuda.

12. Analizar y prevenir contingencias y resistencias en las tareas.

13. Acordar las tareas de auto-ayuda a realizar.

14. Solicitar feed-back y conclusiones.

El “ABC” ampliado.

Teniendo en cuenta el proceso terapéutico, Ellis propone la ampliación del modelo “ABC” que puede presentarse como “ABCDEF”. Las nuevas letras representan:

“D” (“disputing”): La discusión de las creencias o refutación de las creencias irracionales.

“E” (“effective belief”): La incorporación de una nueva creencia de carácter eficaz, funcional y saludable (racional).

“F” (“feeling”): El nuevo sentimiento o emoción, luego de haber modificado las creencias.

Imaginación Racional Emotiva (IRE).

Consiste en hacer que el cliente imagine la situación que le perturba, hasta desarrollar la misma emoción. Se le pide seguir vivenciando la situación, modificando su sentimiento hasta llegar a uno más moderado, apropiado o funcional. La experiencia permite al cliente descubrir:

- Que para modificar sus sentimientos (C) tuvo que modificar lo que pensaba (B) sobre el acontecimiento (A).

- Qué pensamientos tenía antes y qué pensamientos tuvo después (que le permitieron una reacción y emoción apropiadas).

- Su comprobada capacidad de realizar ese cambio de pensamientos para lograr no trastornarse.

Role-playing y psicodrama.

La actuación dramática es un estado intermedio entre la fantasía y la realidad: La modalidad es ficticia pero la experiencia emotiva es muy real. La modalidad ficticia nos permite hacer cosas que aún se encuentran fuera de nuestro alcance en la vida real (expresar emociones temidas, cambiar patrones de conducta, revivir experiencias pasadas). La experiencia emotiva real nos permite conectarnos con los pensamientos que generan dichas emociones y también ensayar nuestras conductas posibles en condiciones emotivas equivalentes a las reales en las situaciones representadas.

Las tareas de auto-ayuda.

La prescripción de tareas para el hogar es un elemento habitual de la TREC. El objetivo específico de la asignación de tareas puede ser, entre otros:

- Cambiar una conducta disfuncional o establecer una adecuada.

- Reducir los pensamientos irracionales y reemplazarlos por otros más útiles.

- Determinar qué tan bien ha entendido el cliente los principios básicos de la TREC.

- Generar un hábito de afrontamiento de las situaciones que le permita una respuesta emotiva y conductual funcional.

Entre las diversas tareas de auto-ayuda se incluyan aquellas orientadas a leer, escuchar, escribir, imaginar, pensar, relajarse o distraerse y hacer. Estas tareas son el corazón del proceso terapéutico y representan la profundización de lo descubierto en la evaluación y discusión de las creencias irracionales para lograr un cambio real y perdurable.

Tres “insights” necesarios para el paciente.

Para el éxito terapéutico se requieren tres “insights” del paciente. Son los siguientes:

- Las personas no se perturban por los acontecimientos sino por lo que piensan sobre los acontecimientos.

- Podemos modificar nuestras formas habituales de reaccionar ante determinadas situaciones.

- Para lograr el cambio necesito aportar mi esfuerzo y tener perseverancia.

Próxima parte: Terapia Cognitiva Conductual (T.C.C.) - Pt. I

sábado, 12 de octubre de 2013

Café con TCC - Parte 4: Práctica de la Terapia Racional Emotiva Conductual (T.R.E.C.) - I.

¡Hola a todos! En estos posts comparto con ustedes parte del marco teórico de mi tesis de maestría “Investigación pre-experimental acerca del efecto del Programa de Recuperación Breve (PRB) para Sobrevivientes de Trauma de la Dra. Edna B. Foa y el Dr. David S. Riggs en el tratamiento ambulatorio a mujeres víctimas de violencia atendidas en el Centro para el Desarrollo de la Mujer... Leer más.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Café con TCC - Parte 3: Terapia Racional Emotiva Conductual (T.R.E.C.) - Creencias irracionales habituales.

Las creencias irracionales habituales.

Ellis enuncia las siguientes 11 creencias irracionales que incluyen demandas y otros supuestos que considera los más característicos de los pacientes, de acuerdo a su experiencia clínica:

1) Los humanos adultos tienen una imperiosa necesidad de ser amados o aprobados por toda otra persona significante en su comunidad.

2) Uno debe absolutamente ser competente, adecuado y exitoso en todas las cosas importantes o, caso contrario, uno es una persona inadecuada o inservible.

3) Las personas deben absolutamente actuar honradamente y consideradamente y, si no lo hacen, son unos villanos condenables. La gente es sus actos malos.

4) Es tremendo y horrible cuando las cosas no son exactamente como uno desearía ardientemente que fueran.

5) Las perturbaciones emocionales son causadas externamente y las personas tienen poca o ninguna capacidad para aumentar o disminuir sus sentimientos y conductas disfuncionales.

6) Si algo es, o puede ser, peligroso o temible uno debe estar constante y extremadamente preocupado por ello y seguir haciendo hincapié en la posibilidad de que ocurra.

7) Uno no puede enfrentar las responsabilidades y dificultades de la vida y es más fácil evitarlas.

8) Uno debe ser completamente dependiente de los otros y necesitarlos y uno principalmente no puede conducir su propia vida.

9) Nuestra historia pasada es un importante total determinante de nuestra conducta actual y, si algo ha afectado alguna vez fuertemente nuestra vida, deberá tener indefinidamente similar efecto.

10) Las perturbaciones de las otras personas son horribles y uno debe sentirse sumamente alterado por ellas.

11) Invariablemente existe una correcta, precisa y perfecta solución para los problemas humanos y es tremendo si no se puede encontrar.

Ellis observa que todas las demandas absolutistas pueden agruparse en tres clases:

- Demandas sobre uno mismo (“yo debo…” o “yo necesito…”).
- Demandas sobre los otros (“él debe…” o “tú debes…”).
- Demandas sobre el mundo (“el mundo o la vida debe…”).

Origen de las creencias irracionales.

Según J. Camerini (2004), si bien Ellis reconoce la influencia cultural y parental en la transmisión de los valores, metas y normas de conducta que dan pie a las creencias, le asigna importancia también a lo que considera una tendencia natural e innata de los seres humanos consistente en ser altamente influenciables por esos mensajes y a transformarlos creativamente en demandas rígidas y absolutistas.

Los derivados.

Las creencias irracionales nucleares (demandas absolutistas) traen aparejadas:

- La tremendización o exageración del daño o significado del hecho.
- La no-soport-itis o baja tolerancia a la frustración (BTF).
- La condena global de uno mismo, de otras personas o del mundo.

Los síntomas secundarios.

La teoría también considera las “C” secundarias y terciarias (consecuencias o síntomas secundarios y terciarios). El concepto se basa en que a veces una emoción o conducta puede ser percibida por la persona como un acontecimiento secundario y, de acuerdo a lo que piense sobre el generar otra emoción o conducta secundaria. De la misma manera, pensando sobre el síntoma secundario se puede llegare a uno terciario, y así sucesivamente.

Auto-aceptación versus autoestima.

Respecto al concepto de autoestima, Ellis considera que implica una auto-evaluación o calificación en una escala de valores que se origina a partir de:

- Nuestros éxitos o fracasos con relación a metas o ideales;
- Las opiniones (reales o supuestas) de otras personas (en especial las significativas) sobre nosotros.

Esto resulta una fuente de trastornos, ya que puede conducir tanto a una sobre-valoración insostenible como a una desvalorización peligrosa ante los fracasos o rechazos. Además, es un concepto irracional, por cuanto:

- Nadie tiene éxito en todo ni fracasa en todo y es imposible asignar un valor general a una persona como tal.
- Lo apropiado es calificar a las acciones y no a las personas.
- La opinión de otros no puede modificar lo que realmente somos.

Como alternativa, Ellis propone el concepto de auto-aceptación consistente en algo que podría llamarse el amor incondicional a nosotros mismos, querernos y valorarnos por el hecho de existir, sin calificarnos en ninguna escala de valores.

Encuadre filosófico humanista.

La orientación humanista de la TREC se destaca por:

- El reconocimiento y aceptación de las personas como humanos falibles.
- La ubicación del hombre en el centro de su universo, es decir como el principal responsable de alterarse o no.

Próxima parte: La Terapia Racional Emotiva Conductual de Albert Ellis (Modelo T.R.E.C.) - Práctica de la T.R.E.C.

martes, 30 de julio de 2013

Café con TCC - Parte 2: Terapia Racional Emotiva Conductual (Modelo T.R.E.C.) - El ABC de la teoría.



La Terapia Racional Emotiva Conductual (T.R.E.C.) de Albert Ellis - El A-B-C de la teoría.

Ellis, citado por J. Camerini (2004), considera que el núcleo de su teoría está representado por una frase atribuida al filosofo estoico griego Epícteto: “Las personas no se alteran por los hechos, sino por lo que piensan acerca de los hechos”. Ellis resumió su teoría en lo que denominó el “ABC” recordando que  “entre A y C siempre está B”.

El A-B-C de la Terapia Racional Emotiva Conductual de Albert Ellis.

A” (“Activating Event”) representa el acontecimiento activador, suceso o situación. Puede ser una situación o acontecimiento externo o un suceso interno (pensamiento, imagen, fantasía, conducta, sensación, emoción, etc.).

B” (“Belief System”) representa en principio al sistema de creencias, pero puede considerarse que incluye todo el contenido del sistema cognitivo (pensamientos, recuerdos, imágenes, supuestos, inferencias, actitudes, atribuciones, normas, valores, esquemas, filosofía de vida, etc.).

C” (“Consequence”) representa la consecuencia o reacción en ocasión de la situación “A”. Las “C” pueden ser de tipo:

Emotivo (emociones)
Cognitivo (pensamientos)
Conductual (acciones)
Físico o fisiológico (somatizaciones o reacciones psicosomáticas)

Las consecuencias (“C”).

Con respecto a las consecuencias, la TREC distingue entre las “apropiadas” (“funcionales” o “no perturbadas”) y las “inapropiadas” (“disfuncionales”, “perturbadas” o “auto-saboteadoras”).

Las emociones son necesarias porque cumplen tres funciones en las personas:

Las emociones nos informan de diversos desequilibrios en nuestra vida.
Las emociones generan la motivación y el impulso o energía necesarios para actuar
        superando las situaciones negativas o desequilibrios detectados.
Las emociones son medios de comunicación para informar a los que nos rodean
        sobre nosotros, nuestros deseos y/o intenciones.

De acuerdo con J. Camerini (2004), ante cada situación reaccionamos con emociones y conductas que dependen de nuestra interpretación sobre ella. Algunas reacciones son más apropiadas o funcionales que otras para lograr nuestras metas. La calificación de una reacción como más o menos apropiada o funcional dependerá de dos consideraciones:

Que la intensidad sea acorde a la situación con referencia a la cual se genera.
Que favorezca:
         - Preservar la vida
         - Preservar la salud
         - Evitar el sufrimiento
         - Resolver el problema
         - Lograr las metas u objetivos de la persona.

Las emociones (o conductas) inapropiadas se caracterizan por:

Causar un sufrimiento innecesario o desproporcionado con respecto a la situación.
Llevar (o implicar) comportamientos “auto-saboteadores” (contrarios a los propios
        intereses u objetivos).
Dificultar (o impedir) la realización de las conductas necesarias para lograr los
        objetivos propios.
Estar asociadas a “creencias irracionales”.

Las cogniciones (“B”).

Con respecto a las cogniciones, para una mejor comprensión de sus conceptos Ellis y Dryden, citados por J. Camerini (2004) ejemplifican algunas de ellas:

Observaciones (no evaluadoras) que se limitan a lo observado: “El hombre está
        caminando”.
Inferencias (no evaluadoras) que incorporan hipótesis o supuestos que pueden ser
        acertados o erróneos: “El hombre que está caminando intenta llegar a la oficina”.
Evaluaciones preferenciales (creencias racionales): “Me gustaría tener pareja”.
Evaluaciones demandantes (creencias irracionales): “Necesito absolutamente
        tener pareja”.

Las evaluaciones demandantes se caracterizan por su rigidez e intolerancia a la frustración.

Es importante diferenciar las inferencias de las creencias, ya que:

Las inferencias pueden ser acertadas (ajustadas a la realidad) o erróneas.
Las creencias pueden ser “racionales” o “irracionales”.

Una creencia irracional se caracteriza por:

Ser lógicamente inconsistente (partir de premisas falsas o resultar de formas
        incorrectas de razonamiento).
Ser inconsistente con la realidad (no concordante con los hechos, distinto a lo
        observable).
Ser dogmatica, absolutista, expresada con demandas (en vez de preferencias o
        deseos).
Conducir a emociones (o conductas) inapropiadas o auto-saboteadoras.
No ayudar (o impedir) el logro de los objetivos de la persona.

Las demandas.

Ellis descubrió que, habitualmente, los pacientes se perturbaban  por tener pensamientos que se basaban en una actitud demandante. Esta se evidenciaba cuando, debajo de otros pensamientos, aparecía alguno que expresaba una demanda o exigencia absolutista, rígida o intolerante. Estas demandas pueden estar dirigidas hacia el mundo, hacia otras personas o hacia nosotros mismos; lo que se conoce como la triada cognitiva.

Estas demandas están expresadas por frases tales como:

Yo debería…
Yo necesito…
El tiene que…
El no debe…
No soporto que…
Es inadmisible que…

Ellis denominó a las demandas absolutistas: “creencias irracionales”. Más allá de las palabras que se elijan para expresar los pensamientos, lo importante es la actitud. No es lo mismo desear que algo sea de una manera que pretender absolutamente que las cosas siempre sean de esa manera.

No es lo mismo desear y hacer lo posible para que ciertas normas se cumplan, que exigir o demandar que siempre el mundo y las personas actúen de acuerdo a esas normas. No es lo mismo luchar para alcanzar ciertas metas y logros que exigir o demandar que absolutamente siempre se deban cumplir.

En cuanto a las normas: fueron hechas para luchar contra ciertas tendencias naturales que, inevitablemente, siguen y seguirán apareciendo. Aceptar la realidad es el primero y único paso posible para tratar de modificarla o adaptarnos a ella. La intolerancia a la frustración no cambia la realidad.

La alternativa es una actitud preferencial, consistente en desear y luchar para lograr metas y deseos, pero aceptar que algunos  pueden no cumplirse y adaptarse a la realidad que no se puede modificar. Se trata de cambiar una demanda por un deseo o preferencia.

Próxima parte: La Terapia Racional Emotiva Conductual (Modelo T.R.E.C.) - Las creencias irracionales habituales.

miércoles, 24 de julio de 2013

Café con TCC - Parte 1: La terapia cognitiva.

En el año 1956 el Dr. Albert Ellis inicia una nueva corriente en psicoterapia que hoy se conoce con el nombre de Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC).  Algunos años después, en 1962, el Dr. Aaron T. Beck inicia una nueva propuesta en psicoterapia que denomina Terapia Cognitiva (TC), que adquiere gran prestigio por su eficacia para enfrentar la depresión y la ansiedad... Leer más.