Hoy inicia
el periodo escolar 2017 y miles de niños entrarán por primera vez a un aula
escolar. El primer día de escuela es algo difícil para cualquier niño, por lo
que no es nada raro ver llanto y reticencia para quedarse. Lógicamente, para la
mayoría de ellos será muy difícil y doloroso, separarse de sus padres y
quedarse "solos" por primera vez. Según explica el psicólogo clínico
Ezequiel Meilij, hay niños que se adaptan con más facilidad que otros a este
tipo de cambios.
"Cada
niño es diferente y responde de manera distinta a una situación tan nueva y
muchas veces extraña y generadora de mucha ansiedad y miedo, como el ser dejado
solo en un entorno nuevo lleno de extraños", explica el experto.
Añade que
estar apegado a los padres no está mal, el punto es si este apego es seguro o
inseguro. "Entre más inseguro sea, más probable será que el niño
experimente ansiedad y perturbación ante la separación", comenta.
¿Qué hacer si llora?
Frente a
este panorama el profesional destaca que es bueno prepararlo por anticipado,
hablar con él, explicarle qué puede suceder y a qué se va a enfrentar, y
conversar acerca de cómo esto lo hace sentirse para poder reconfortarlo
emocionalmente.
Para que
desaparezca el temor del niño, la actitud positiva y el entusiasmo que
demuestren los padres será clave para ese proceso de adaptación.
“Los padres
son el modelo o plantilla emocional del niño. Si reaccionan ante esto
desestabilizándose emocionalmente, llenándose de ansiedades y miedos o peor
aún, poniéndose iracundos, afectará negativamente al niño", subraya.
Meilij
opina que tampoco es irse al otro extremo, de desconectarse emocionalmente del
niño. Recalca que los padres y los maestros deben poder poner su empatía en
práctica y conectar emocionalmente con el niño y tranquilizarlo, preguntándole
qué está sintiendo y aclarar estas emociones con el niño.
"Es
importante decirle que está bien sentir un poco de miedo y nervios el primer
día, pero que esto pasará y aprenderá muchas cosas nuevas, se divertirá, hará
amigos nuevos, etc.", señala el especialista.
Para
terminar, Meilij recomienda a los padres de familia nunca reaccionar con enojo,
gritarle o castigarle. Tampoco compararlo con otros niños o humillarlo o
avergonzarlo por su conducta. "Los padres deben poder conectar con el
mundo interior emocional del niño y comprender que esta situación a sus ojos es
muy nueva, muy extraña y despierta muchas ansiedades y miedos",
puntualiza.
(Colaboración con María Elizabeth Morales para la Revista Ey! del Panamá América,
publicada el lunes 6 de marzo del 2017.)
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