Yo no sé ustedes, pero yo soy creyente en las segundas oportunidades, segundas impresiones y segundas vueltas. Porque la vida es muy larga y nunca sabemos cuándo lo que hoy no brilla, brillará mañana y lo que hoy no se dio, no fue o no fluyó, mañana si se dará, será o fluirá. Eso, si, hay algo claro en esto, para que estas segundas oportunidades sucedan, algo tiene que pasar, algo tiene que ceder, algo tiene que cambiar.
¿Más sencillo? Algo tenemos que aprender.
Si es un tema personal, nos toca a nosotros. Si es un tema de pareja o
relación, depende, a veces es una de las personas la que necesitaba aprender
algo, a veces son las dos. Pero cuando te vuelves a encontrar con esta persona
de tu pasado (tu fantasma personal de lo que fue y pudo haber sido) hay algo
muy claro, ninguno de los dos son la misma persona, a pesar de un pasado y una
historia en común. Si son afortunados, ambos crecieron y aprendieron en ese
lapso en el que estuvieron separados.
Quién sabe, de repente en ese volver a
conocerse descubren que vale la pena volver a intentar, poner en práctica estos
nuevos recursos, herramientas y aprendizajes. A veces, de igual forma que el
primer año de un duelo es tan solo la preparación para el segundo, su primera
historia fue solo la preparación para la segunda.
Ya saben, ¡que estén bien! - Izzy
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