sábado, 8 de febrero de 2014

"6 mitos sobre los besos" (publicado en Vivir+, La Prensa, 8 de febrero, 2014).

1. Es ‘normal’ que las parejas que tienen muchos años de casadas dejen de besarse.

Falso. Un predictor exitoso de las relaciones a largo plazo es la demostración física de afecto, ¡y el beso es el caballo de batalla preferido de las parejas exitosas para demostrarse amor! Siempre asumimos que con el pasar de los años la intensidad afectiva (sobre todo la física) disminuye y con ello la frecuencia de los besos, pero no necesariamente es así, ni tiene por qué serlo. Las parejas más felices siguen demostrándose afecto y besándose sin importar cuántos años llevan juntos ni la edad. Si disminuye la frecuencia de los besos, ¡cuidado!, puede ser señal de problemas en la relación. ¡Los besos son nuestro termómetro relacional!

2. La función del beso no varía, independientemente de la naturaleza de la relación.

Falso. Para las personas involucradas en relaciones casuales y de corta duración el beso tiene mayor importancia antes de tener relaciones que después. Mientras tanto, para las personas involucradas en relaciones formales y de larga duración, el beso es igualmente importante antes, durante y después de la relación sexual. Cabe destacar que para las mujeres, la importancia del beso se mantiene tanto para relaciones cortas como prolongadas; por el contrario, para los hombres la importancia del beso va disminuyendo a lo largo de la duración de la relación. ¡Mujeres, sigan besando mucho a sus parejas! ¡Hombres, besen más a las suyas!

3. Los besos no son importantes para mantener ‘viva’ la relación de pareja.

Falso. Los besos son una expresión de afecto y cercanía en la relación y mantienen tanto los sentimientos de intimidad como los de intensidad sexual. Los besos no solo mantienen “viva” la relación, también la mantienen saludable. Las parejas que se besan con frecuencia muestran niveles menores de colesterol y estrés (besarse por 15 minutos conduce a una disminución significativa en los niveles de cortisol, la hormona del estrés) y mayor calidad de relación que aquellas que no lo hacen. ¡Es más, estas parejas besuconas reportan ejercitarse más, discutir menos, tener menos conflictos y entenderse mejor!




4. Los besos no tienen nada que ver con la reproducción.

Falso. Según la antropóloga Helen Fisher, besarse juega un rol en cada una de las tres fases evolutivas de nuestra estrategia reproductiva: 1) El beso activa y dirige la libido (nuestro deseo sexual), provocando el deseo de tener sexo con múltiples parejas. 2) El beso activa el amor romántico, que nos impulsa a elegir una de entre muchas parejas. 3) El beso nos ayuda a mantener y reforzar el apego, lo que nos mantiene juntos el tiempo suficiente para criar a los hijos hasta su madurez sexual. ¡Sí, hemos evolucionado, pero cuando encontramos a la persona indicada, sentamos cabeza y formamos una familia, cuando miramos atrás es fácil ver cómo todo empezó con un beso!

5. Los besos no activan un componente hormonal.

Falso. A nivel biológico, el beso evolucionó como un mecanismo para recopilar información sobre potenciales parejas sexuales. Besarnos nos permite acercarnos físicamente e incorpora todos nuestros sentidos. Los químicos segregados por las glándulas de nuestra área facial transmiten información genética e inmunológica y nuestra saliva transporta mensajes hormonales. Todo esto nos proporciona información acerca de la salud, higiene y potencial procreativo de la persona que besamos. ¡Claro que no estamos pensando conscientemente en esto cuando lo hacemos! Besarse aumenta los niveles de dopamina (regula el deseo sexual), serotonina y endorfinas (regulan el ánimo) y aumenta los niveles en sangre de la oxitocina (que aumenta nuestro apego). ¿Necesitamos más razones para besarnos más?

6. Los seres humanos somos la única especia que besa.

Falso. Los chimpancés y los bonobos son las únicas dos especies conocidas que se besan como nosotros. ¿Por qué lo hacen? Para comunicar apego y reducir las tensiones sociales en el grupo (¡los seres humanos también recurrimos a los besos como una estrategia para poner fin a los desacuerdos y discusiones de pareja!). Los bonobos, al igual que los humanos, también besan durante el sexo, y los bonobos dan mucha importancia a la sexualidad en sus relaciones sociales, ¡así que pueden sacar sus propias conclusiones respecto a la importancia del beso en la sexualidad humana!

Este artículo fue publicado en la sección de Mitos de Vivir+ de La Prensa el sábado 8 de febrero, 2014. Enlace original: http://www.prensa.com/impreso/vivir/6-mitos-sobre-besos/272783

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