jueves, 27 de febrero de 2014

Rupturas, duelos y superaciones II.

Seguir hacia adelante después de una ruptura es tema difícil, ¡y es que nadie ha dicho que fuera fácil! Cuando la otra persona se bajó del carro de la relación, nos invaden sentimientos encontrados, queremos hacer de todo menos seguir camino: echarnos al costado de la carretera (o tirarnos por un barranco) a llorar o esperar que venga la grúa o alguien a rescatarnos, dar la vuelta y volver atrás por donde vinimos (la decisión más instintiva y casi siempre la peor, al menos en el momento) o bajarnos del carro y entrarle a patadas mientras gritamos como lunáticos poseídos “¡¿Por qué, por queeeé!?” Una parte de nosotros quiere hablar del tema mientras que otra parte no tolera que el mismo se nos mencione (ni la relación ni el/la susodicho/a). Una parte nuestra quiere recordar (o se rehúsa a olvidar) y otra parte nuestra no quisiera acordarse de nada. 




Celebrar los buenos recuerdos, sin perder de perspectiva los no tan buenos…

Hay que tener presente que esto que nos duele mucho hoy, en el futuro será recuerdo, aprendizaje y experiencia, y tras elaborarlo y procesarlo, es decir, recordar lo bueno junto con lo malo, nos permitirá poner la relación en perspectiva y facilitara hacer los cierres necesarios para seguir adelante con nuestras vidas. Es más, a pesar de todo lo malo, es normal que aun así sintamos ganas de saber, ver y estar con aquella persona que ya no está. Y si empezamos a recordar todo lo bueno, se amplifica el efecto (porque nuestra “memoria selectiva” se “olvida” contarnos la otra parte del cuento que también cuenta). Aquí entra la histeria, la desesperación y el maldito apego, una combinación que nos hace tomar decisiones con la mente en caliente, y una mente en caliente casi nunca toma buenas decisiones.

Por el momento, aprender a distraerse (¡sanamente!) de estos instantes (que a veces parecen interminables), dejar que nos visiten por un rato, un ratito, unos minutos, y recordar que tenemos una tarea más importante que hacer ahora mismo: elaborar nuestro duelo, atender a nuestros sentimientos, volcarnos al auto-cuidado y poner el egoísmo a tope, si señores, porque ahora mismo la persona más importante somos nosotros, nadie más. Ya habrá tiempo de sentarse con el libro o álbum de los recuerdos y poner lo bueno con lo malo y sacar nuestro saldo final, pero eso se hace un poco más adelante. Créanme, siempre es positivo, tan solo con la experiencia y el aprendizaje.

Los fantasmas de los buenos recuerdos que fueron, los que ya no son y los que nunca serán disfrutan visitándonos en los primeros meses de nuestro duelo y provocan mucha angustia, sobre todo en las primeras semanas, cuando el duelo es una experiencia nueva. Significa que hubieron cosas buenas en la relación, claro, pero hay que integrar lo bueno con lo malo, o lo no tan bueno, sino, si nuestra relación fuera un disco de vinil, sería uno del cual solo oímos un lado (sea el bueno o el malo) y nos perdemos la belleza de oír el disco completo, la historia entera, tal cual fue y tal cual se vivió, con lo bueno y lo malo. Después de todo, esa mezcla de momentos felices y tristes a menudo hace los mejores discos. - Izzy

Fragmentos extraídos del articulo “Dos and Don'ts for Getting Over a Breakup” por Julie Hanks http://relationships.answers.com/breakups/dos-and-donts-for-getting-over-a-breakup

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