miércoles, 6 de agosto de 2014

¿Te enamoraste? ¡Te espejeaste!




¡Qué fascinante que nos podamos enamorar de alguien porque vemos en ellos aspectos negados o reprimidos en nosotros mismos! Significa que enamorarse de alguien es, en cierta manera, enamorarse de uno mismo y que en la medida en que vamos conociendo mejor a esta persona, nos vamos conociendo mejor a nosotros mismos.

Y es que cada persona que nos llama la atención, que nos enamora, es un espejo a través del cual nos podemos ver, quiénes somos, quiénes creemos no ser y quiénes podemos llegar a ser. ¡Y viceversa! ¡A la persona que se enamora de nosotros le está pasando exactamente lo mismo!

Y así nos vamos conociendo y aprendiendo los unos de los otros. Cada persona que se cruza en nuestro camino y con quienes compartimos parte de nuestras vidas nos deja con una increíble enseñanza, y sin lugar a dudas nosotros también dejamos una huella indeleble en ellos.

Procuremos que sean huellas bonitas, lindos recuerdos, y hagamos lo mejor que podemos para no dejar ni heridas ni cicatrices, aunque a veces parezca inevitable. Después de todo, las cicatrices que sanan bien son algunas de las marcas más bonitas que adornan los cuerpos de nuestras vidas. – Izzy

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