sábado, 9 de marzo de 2013

“La trampa de las redes” (Colaboración con Rella Rosenshain, publicada en Vivir+, La Prensa, 9 de marzo, 2013).

Los hitos son importantes en nuestras vidas, y siempre es lindo poder celebrarlos, ¡en este caso con ustedes! Cuando empecé este blog en diciembre del año pasado, ¡nunca me hubiera imaginado que me contactarían para entrevistarme como parte de un artículo periodístico!

Les cuento. Resulta que Rella Rosenshain, mientras investigaba en la red para su artículo “La trampa de las redes”, se encontró con mi post acerca del narcisismo en la red, “El narcisismo en tu red social… ¡y hasta en la sopa!”, y decidió entrevistarme, ¡que emoción!

Es mi primera entrevista para un periódico y este excelente artículo de Rella Rosenshain se publicó en el suplemento Vivir+ de La Prensa, el sábado 9 de marzo, 2013. ¡Que bien que más personas se estén interesando en este tema del narcisismo!




Les comparto la transcripción del artículo y por supuesto, el enlace al artículo original en la red, esperando sea de su agrado:

Cuando Ram, un aficionado a teléfonos inteligentes, leyó una noticia sobre la adicción a estos aparatos quedó helado. Preocupado por no caer en ese patrón, optó por no utilizar redes sociales durante algunos meses, y que cuando las usara fuera para algo productivo.

El año pasado, Ram dejó de usar Facebook en dos ocasiones durante cerca de un mes cada vez. “Considero que es bueno tener el sentimiento de extrañar a tus amigos, familiares, antiguos vecinos, conocidos, personas que he visto una sola vez en la vida, entre otras variables”.

En enero pasado borró de su smartphone WhatsApp, una de las aplicaciones más populares de mensajería instantánea, pero por razones de facilitar la comunicación para ciertos proyectos la reactivó. “En ese mes sin WhatsApp volví a escuchar la voz de muchas personas que me interesan realmente”.

Otros han sido más radicales. En Estados Unidos, el estudio “Coming and Going on Facebook” encontró que el 20% de las personas que han usado Facebook anteriormente la dejó de usar para siempre.

EL PERFIL DETRÁS DEL PERFIL

Socialmente, Facebook les permite a sus usuarios compartir casi sin límite lo que deseen, y haciendo muy fácil la búsqueda de amigos con los que se ha perdido contacto; a su vez permite ver a los amigos de los amigos y encontrar personas en común, explica el programador de internet Víctor Tisnado, quien advierte de que la red podría ser un arma de doble filo.

“Este sitio es un poderoso ladrón de tiempo, ya que se puede entrar por algo muy sencillo, como verificar una notificación, y quedarse horas viendo la galería de fotos que un amigo creó en sus vacaciones, y de ahí saltar a otros perfiles, posts, etc. Un usuario de Facebook normalmente tendría algo más de tiempo de ocio debido a lo arriba mencionado”.

En el caso de Twitter, se podría decir que este nació ante el exceso de información compartida por los usuarios de redes como Facebook, comenta Tisnado.

“El concepto de microblogging vino como un alivio para quienes se veían asediados ante tanto contenido y actualizaciones de sus contactos. La ventaja es la brevedad de la información compartida. Esos 140 caracteres mágicos, que obligan al que está del otro lado a armar sus ideas de manera breve, pero que a la vez sea clara, permiten que los usuarios de esta red se informen rápidamente sobre el estado de sus amigos y, de paso, encontrar algún otro dato de interés”, aclara.

Un tuitero sería alguien que comparte cosas interesantes, no solo de sí mismo o sus ideas, sino quien puede captar el interés de quienes elijan seguirlo, capaz de compartir temas y generar opinión, dice Tisnado.

Incluso, un estudio realizado por la empresa Onetest, que realiza pruebas psicométricas, encontró que individuos de altas habilidades cognitivas prefieren Twitter a LinkedIn y Facebook.

PROYECCIÓN DE IMAGEN

A través de las redes sociales se cuenta con una audiencia o público potencial con el cual se puede compartir palabras, sentimientos, ideas, pensamientos, imágenes, videos, sonidos y más, explica el psicólogo Ezequiel Meilij.

“Los perfiles de Twitter y Facebook, entre otros, nos permiten plasmar una especie de carta de presentación u hoja de vida personal, de una manera que no siempre se da en la interacción ´fuera de línea”.

En cuanto a la proyección en las redes, la psicóloga Xóchitl McKay de Delgado afirma que se puede hablar de la proyección de la imagen real, de la imagen fantasiada (“lo que yo quiero ser”) y de la imagen temida (“mis sentimientos o impulsos que me avergüenzan”).

“Si una persona no logra encontrar un equilibrio entre su autoimagen real y la ideal, por ejemplo, puede crear ansiedad y provocar algún tipo de descompensación de su personalidad”.

Meilij añade que varios estudios han recalcado sobre la insatisfacción de muchos usuarios en uno o más aspectos de su vida, “exacerbada al compararla con las de otros usuarios en Facebook y concluir que estas últimas son mejores, más divertidas o más exitosas que las suyas”.

El problema real no es Facebook, advierte, “sino las evaluaciones o juicios negativos (y muchas veces distorsionados) que hacemos sobre nosotros al hacer estas comparaciones”. Afirma que se puede mantener una autoestima alta en la red en la medida en que se mantenga en la vida fuera de la red.
Panamá y la sociedad web


En promedio, una de cada tres personas en Panamá pertenece a 1.5 red social, como Facebook, Twitter y Hi5.

Así lo indica el estudio “Redes Sociales en Panamá”, realizado en el país por Unimer en noviembre de 2010, que usó una muestra de mil 207 personas entre 18 y 75 años.

La investigación halló que en el país uno de cada tres se considera usuario frecuente de la internet.

De estos, 78% está en las redes sociales y 34% señaló usar una o más varias veces al día.

En promedio se invierten 156 minutos cada día en las redes.

El 96.1% de los participantes indicó usar Facebook; mientras que 0.4, Twitter.

Disfrute muchísimo mi colaboración con Rella Rosenshain ¡y le estoy muy agradecido por haberme dado esta experiencia de ser un psicólogo publicado!

¡Namaste! - Izzy.

domingo, 3 de marzo de 2013

¡Mujeres!: ¡Alerta de Límites!


¡Hola! Este post va dirigido a las mujeres, a pesar de que yo no escribo ni para mujeres, ni para hombres, escribo para todos; y si bien el contenido y mensaje de este post puede ser extrapolado para los hombres, mi mensaje va dirigido a las mujeres, ¿vale?

Me acaba de pasar una situación tan, pero tan desagradable, que quiero compartirlo con todos ustedes, porque aquí hay mucha toxicidad, problemas de límites y triangulaciones que, uffff, merece un post y ustedes mujeres que lean esto, merecen conocer el punto de vista de este hombre en particular que aquí les escribe. ¿Vamos?

El viernes por la noche, me llegó una invitación por WhatsApp de parte de una amiga histórica (es decir, una amistad de muchos años, más de una década) para ir al cine durante el fin de semana.

Hace un rato decidí hacer follow-up y me vi sumergido en una situación tan difusa, distorsionada, toxica y plagada de serias y peligrosas brechas de límites, que francamente agradecí a mi terapeuta hermosa y bella por todo lo que me ha enseñado en estos últimos años sobre relaciones toxicas y limites.

A mitad de mi follow-up vía WhatsApp, me encuentro con la siguiente serie de mensajes:

¿Quién eres? Habla Fulano, la pareja de Fulana. Vas a tener problema conmigo. Es más, te llamo ya, desde mi cel.

Interesante, ¿no? Vamos a tomar este mensaje, ponerlo sobre la mesa de examinación y procederé a diseccionarlo para ustedes:

“¿Quién eres? Habla Fulano, la pareja de Fulana.”

Serio. ¿Fulana sabe que Fulano no solo revisa y lee sus mensajes, sino que los intercepta y toma el control de la conversación? ¡Problema serio de límites!

“Vas a tener problema conmigo.”

Uno. Creo que el problema lo tiene Fulano, con Fulana, debido a que no respeta en lo absoluto sus límites y obviamente aquí hay un tema de desconfianza y celos, ¿parece, no?

Dos. Fulano no tiene la menor idea de quién soy, al menos eso parece, ya que su primer frase fue preguntar quién soy. Yo puedo ser una amistad, un familiar, un compañero de trabajo, un superior laboral, piénsenlo porque regreso a esto más tarde.

Tres. No, yo no voy a tener un problema contigo, porque no tengo la menor idea de quién eres. Esto es un “¡Vamos!” Una invitación para entrar al triangulo, en cualquiera de sus tres ángulos (sorry, se que les debo un post más profundo sobre la dinámica de las triangulaciones):

Como víctima: Asumir el rol de la víctima que no sabe o entiende qué hizo mal y se deshace en disculpas, baja la cabeza, cede. Sorry, not gonna happen, baby.

Como acusador: “¡No, el que va a tener un problema eres tú!” Ese sería mi estado del ego niño hablándole a su estado del ego niño (también les contare mas sobre esto en otro post). Tampoco va a pasar, aquí manda mi estado del ego adulto, que hace lo que todo adulto hace ante la pataleta del estado ego de niño de Fulano, ignorarla.

Como salvador: Aquí siento que me corresponde el rol de defensor y salvador de Fulana, para liberarla de la tiranía de este Fulano, pequeño niño tirano. No, que va, esta guerra nada tiene que ver conmigo y estoy en detox de codependencia, en esto no caigo ni de broma.

En todo caso, el que tiene un problema es Fulano con Fulana, por lo que parece ser un caso fuerte de problemas de límites, celos y desconfianza; y obviamente Fulana tiene un problema con Fulano, pues se lo ha permitido.

“Es más, te llamo ya, desde mi cell.”

Esto es un poquito más de pataleta del estado de ego niño de Fulano, un refuerzo de la anterior invitación de entrar al triangulo. Les comento que sigo esperando la llamada.

¿Pero, y qué pasó? Fulana retomó el mando de la conversación vía WhatsApp, e intentó, quizás casualmente, de llevarla nuevamente a su cauce original, así minimizando lo que para mí era un obvio problema, pero, al fin y al cabo, NO mi problema.

¿Yo qué hice? Lo que pude hacer tomando en cuenta que, tras un intercambio de este tipo, ya no puedes saber quién está al otro lado de la conversación. Le dije a Fulana que si quería podía llamarme, pero que yo no iba a continuar la conversación por este medio.

¿Por qué? Es muy sencillo. Obviamente Fulano no sabe respetar los límites. Obviamente Fulana no sabe hacer respetar los suyos. Pero, en esta situación, mis límites están muy claros y hasta aquí llega la cosa. Ignoras las pataletas de los estados del ego de las personas tóxicas y NUNCA pones un pie en el triangulo al que te están invitando.

Conclusión:

La primera impresión que Fulano pudiera darme poco me podría importar, ni siquiera sé quién es, pero obviamente, para mí, el tipo dio a entender que es un mediocre (si, aquí no hay términos psicológicos políticamente correctos, gente). Lo triste es, que por medio de sus actos, potencialmente puede hacer quedar muy mal a Fulana. Mujeres, no dejen que un idiota con problemas de límites, celos y desconfianza las haga quedar mal y les quite ese brillo hermoso y propio que tienen, no se conviertan en mediocres por asociación. Sálganse del triangulo, sálganse rápido, nadie en este mundo vale tanto como para pararse como idiota en un triangulo (como víctima, salvador o acusador) por el o por ella. - Izzy