La tristeza es parte de la vida y todos tenemos permiso de sentirnos tristes. A veces la tristeza se queda más tiempo del necesario, se rehúsa a abandonarnos y se nos hace muy difícil sobrellevarla, y cuando eso pasa, también tenemos permiso para buscar ayuda, ya sea un amigo, un pariente, una mascotita, un maestro, un cura o ir a terapia. La terapia ayuda a encontrarle sentido y significado a nuestras emociones y nos ayudan a trabajar las situaciones, momentos, vivencias y recuerdos que nos perturban, para que la tristeza venga cuando necesite, y se vaya cuando ya no sea necesaria, pero no se convierta en nuestro huésped permanente. Ya sabes, que estés bien… y si no lo estás, ¡busca ayuda! - Izzy