lunes, 25 de agosto de 2014

¿Y quién toma la iniciativa para la primera cita?

"Pocas cosas nos despiertan más expectativas, ansiedad y demandas (muchas veces irracionales y totalmente pasadas de intensidad) que una primera cita. ¿Quién no lo ha sentido antes de dar el primer paso para hacerla posible? ¡Especialmente con alguien que nos mueve el piso a otro nivel! Los investigadores Jennifer MacGregor y Justin Cavallo encontraron que aunque estudios anteriores..."

viernes, 8 de agosto de 2014

Siete principios y cuatro jinetes II.


El investigador John Gottman ha observado a miles de parejas por décadas, y enfocándose en parejas emocionalmente inteligentes, encontró que todas se parecían en siete aspectos fundamentales para una relación a largo plazo viable:

1. Conocer el mundo de nuestra pareja.

Dicen que el amor está en los detalles, pero no se trata solamente de conocer los gustos, preferencias y detalles superficiales de nuestra pareja (su comida favorita, película predilecta, etc.). Para conocerse hay que abrirse, contarnos mutuamente nuestras historias, y querer conocer a la otra persona depende de estar dispuestos a dejarnos conocer por ella, y nuestro equipaje familiar (nuestra historia familiar) determina en gran medida qué y cuánto de nuestra historia y mundo emocional estamos dispuestos a compartir. Menos compartimos de nuestro mundo, menos vemos del mundo de nuestra pareja. Conocer a la otra persona es, en cierta forma, una experiencia que no tiene fin, el “mapa del amor” de nuestra pareja es dinámico y va cambiando igual que ella, ¡ténganlo en cuenta!

2. Experimentar de forma activa la admiración de nuestra pareja.

El criticismo y el desprecio son dos de los jinetes del apocalipsis relacional. Y es que cuando criticamos, solo nos enfocamos en lo negativo de nuestra pareja, es como si dejáramos de percibir en ella todos esos atributos que nos fascinan y hacen que la admiremos. Incluso hay personas que se sienten acomplejadas por los logros, aptitudes y cualidades de la pareja y en vez de admirarla, la envidian. ¡Si ves algo admirable en la otra persona, recuerda que es porque reconoces en ella aspectos tuyos! Si te cuesta reclamarlos, ¡a terapia! Siempre habrá una que otra crítica, seamos realistas, aquí lo importante es asegurar que tenemos más razones para admirar a nuestra pareja que para criticarla, ¡y que el sentimiento sea mutuo!

3. Enfrentarse en vez de darse la espalda.

No hay comunicación más directa que cuando ambas personas se miran a los ojos, y si no me creen, traten de tener una conversación con su pareja dándose la espalda. Van a ver que no es lo mismo. Cuando las parejas discuten, es común que se forme una brecha, una distancia, y que cada quien le dé la espalda al otro, al menos por un tiempo, hasta que los ánimos se aquieten. Las parejas emocionalmente inteligentes saben que es necesario hacer más movidas que los acerquen versus aquellas que los separen. Ojo, llevar la cuenta de quién dio el primer paso en acercarse la última vez también es nocivo, ¡no sean tan matemáticos, están usando el hemisferio incorrecto!

4. Permitirse se influenciado por la pareja.

Hay una frase de Anne-Lise Lovlie Schibbye que me parece muy indicada para este punto en particular: “Nacemos en conexión, sufrimos en soledad, nos desarrollamos en relación.” En su libro “The Vibrant Relationship” Kirsten Seidenfaden y Piet Draiby indican que solo aprendemos algo nuevo acerca de nosotros mismos mediante encuentros con personas que son diferentes de nosotros, y si bien a menudo hacemos “click” con nuestra pareja en base a aquellas cosas en que nos parecemos, crecemos a partir de nuestras diferencias intrínsecas. Los conflictos que enfrentamos con nuestras parejas, que casi siempre se basan en diferencias, deben verse como oportunidades de aprendizaje y crecimiento, siempre y cuando nos permitimos ser influenciados en lo positivo por nuestra pareja.

5. Resolver los problemas solucionables.

Una creencia irracional que muchos llevamos a nuestras relaciones de pareja sin tener idea de ello es el supuesto de que deberíamos poder resolver todos nuestros problemas y diferencias. ¡Imagínense esta utopía! Es más, me parece que una relación de parejas sin problemas ni diferencias se volvería tan aburrida, monótona e insípida, que probablemente moriría de inanición. Y es que más investigo y aprendo del tema, más me doy cuenta de lo importante que son las diferencias, y el aprender a reconocerlas y aceptarlas, lo que mantiene nuestra relación de pareja vibrante y con vida. Según Gottman, que de este tema sabe mucho, 70% de nuestros problemas de relación no se pueden solucionar.

6. Superar los puntos muertos.

Gottman descubrió que, irónicamente, 69% de las parejas felices seguían teniendo los mismos conflictos sin resolver después de 10 años, pero no solo seguían juntos, seguían felizmente juntos. El secreto está en superar los puntos muertos en los conflictos, es decir, acordar no acordar y enfocar las energías en encontrarle la vuelta al tema. Podríamos decir, encontrar la solución “suficientemente buena”. Ganar algunas, perder algunas, y buscar un buen equilibrio y entendimiento. No se imaginan cuantas parejas se estancan en un punto muerto simplemente porque ninguna de las dos se niega a perder. Si, a las finales, salen perdiendo ambos.

7. Crear mundos compartidos.

Las buenas parejas crean un mundo compartido (¡ojo, no fusionado!), que les da un espacio en común, seguro y exclusivo al cual pueden retirarse tanto en momentos de paz como de conflicto. Una “casa segura”, por decirle de alguna manera. Es el mundo que la pareja ha decidido construir juntos, un proyecto de a dos, que integra las cosas que ambos aman y un poquito de ese toque especial de cada quien, sin dejar de lado los mundos individuales de cada cual. Se supone que cuando esta dinámica funciona bien – sin que estos mundos individuales y compartidos choquen ni se fusionen – se retroalimentan y enriquecen entre sí. Es tener una identidad como pareja, sin perder la identidad individual en el proceso, ¡importantísimo!

A modo de conclusión.

¡Por eso es tan importante conocernos antes de conocer a otra persona! ¡Crear un mundo propio antes de intentar crear uno compartido! El proceso terapéutico es una oportunidad única para conocer y entender nuestra historia, y evitar repetir esos patrones y dinámicas que han causado daño en el pasado, nos brinda la oportunidad de conocernos plenamente y así poder darnos a conocer y conocer a nuestra pareja con la misma plenitud. Muy importante: Conocer el mundo de nuestra pareja implica aceptar no solo la luz, también la sombra y aceptar que somos parecidos en muchas cosas ¡y muy distintos en muchas otras! - Izzy

miércoles, 6 de agosto de 2014

¿Te enamoraste? ¡Te espejeaste!




¡Qué fascinante que nos podamos enamorar de alguien porque vemos en ellos aspectos negados o reprimidos en nosotros mismos! Significa que enamorarse de alguien es, en cierta manera, enamorarse de uno mismo y que en la medida en que vamos conociendo mejor a esta persona, nos vamos conociendo mejor a nosotros mismos.

Y es que cada persona que nos llama la atención, que nos enamora, es un espejo a través del cual nos podemos ver, quiénes somos, quiénes creemos no ser y quiénes podemos llegar a ser. ¡Y viceversa! ¡A la persona que se enamora de nosotros le está pasando exactamente lo mismo!

Y así nos vamos conociendo y aprendiendo los unos de los otros. Cada persona que se cruza en nuestro camino y con quienes compartimos parte de nuestras vidas nos deja con una increíble enseñanza, y sin lugar a dudas nosotros también dejamos una huella indeleble en ellos.

Procuremos que sean huellas bonitas, lindos recuerdos, y hagamos lo mejor que podemos para no dejar ni heridas ni cicatrices, aunque a veces parezca inevitable. Después de todo, las cicatrices que sanan bien son algunas de las marcas más bonitas que adornan los cuerpos de nuestras vidas. – Izzy