Según Will Meecham, muchos creemos haber fracasado en alcanzar nuestro potencial y nos culpamos por ello. Hoy en día, con todas las presiones, demandas y expectativas propias y ajenas, es muy fácil caer en el “filtro negativo” y considerarnos un fracaso total, basados en información parcial, particularmente cuando nos comparamos con otros, cosa muy fácil con las redes sociales, donde, irónicamente, también nos presentamos totalmente en base a trozos parciales cuidadosamente seleccionados y editados.
Creo que al final del día, la meta es, como acostumbro decir a muchos de mis pacientes (y a mí mismo cuando hace falta) ser más compasivos con nosotros mismos. Muchas veces, no nos damos suficiente crédito por nuestros recursos y fortalezas, y fallamos en rescatar nuestros valores positivos, o simplemente los excluimos de nuestras ecuaciones y claro, ¡así cualquiera sale perdiendo!
Todos tenemos una historia, y a menudo, al compararnos, lo hacemos de manera injusta, sin tomar en cuenta que aquello que Fulano o Mengana han logrado y nosotros aun no, quizás no les hubiera resultado posible o se les hubiera hecho igual o más difícil que a nosotros si hubieran pasado por lo mismo. ¡Ojo, no les quito mérito ni a Fulano ni a Mengano, tan solo los invito a que tampoco nos quitemos el mérito a nosotros mismos!
Como nos recuerda Will Meecham, somos producto de nuestro condicionamiento. Si fuimos criados para pensar que no contamos, que aquellas personas en las que confiamos nos van a lastimar, o que jamás llegaremos a ser nada en la vida, no deberíamos echarnos tanta culpa ni responsabilidad por tener dificultades en nuestra vida adulta. La codependencia, desconfianza e inseguridad hace que todo en nuestra vida se vuelva, vea y sienta más complicado y difícil, carreras, relaciones, etc.
Eso sí, siempre hay espacio para sanar y crecer. Lo veo a diario en mis pacientes, a medida que van elaborando sus historias y dándoles significado. Es el arte de ayudar a ese niño herido que todos llevamos dentro a sanar y convertirse en un adulto pleno, saludable y feliz. Es un viaje muy interesante y profundamente inspirador, lo sé como terapeuta, y como paciente a lo largo de mis propios procesos personales, y me siento siempre tremendamente privilegiado por poder acompañar a mis pacientes en este viaje. ¡Que estén bien! - Izzy
Fragmentos extraídos del artículo “5 Tips for Healing after Childhood Adversity” por Will Meecham.