lunes, 31 de marzo de 2014

"Lucha entre su hijo y su celular” (colaboración con Irlanda Sotillo, publicada en Vivir+, La Prensa, 31 de marzo, 2014).

"Parece que hay padres a los que les da miedo estar presentes con sus hijos y sentarse a hablar con ellos, prefieren esconderse detrás del teléfono inteligente o darles a los pequeños una tableta para que se entretengan mientras llega la comida. Los niños que crecen observando esta conducta por parte de sus padres se convertirán en adultos con pocas habilidades sociales y poca tolerancia a la..."

miércoles, 26 de marzo de 2014

¿Ratas de laboratorio fetichistas?

"Nuestras primeras experiencias sexuales durante la infancia determinan nuestras preferencias, conductas y actividades sexuales en la etapa adulta. Esto les hace mucho ruido a algunas personas, les cuesta concebir y aceptar que la sexualidad está presente en nuestras vidas y en nuestras interacciones con nuestro entorno desde el momento en que comenzamos a existir..."

martes, 25 de marzo de 2014

Romper sin romperse en el proceso IV.


Un par de entradas atrás, compartí acerca de si nos puede gustar el BDSM sin saberlo, obviamente un tema que va muy por el lado de la sexualidad, ¿Qué tiene que ver esto con las rupturas y los duelos? Bueno, es muy simple, independientemente de que tanto nos guste o no el sadomasoquismo en la cama, a la hora de las rupturas, parece que a todos se nos da por volvernos masoquistas, ¿o no?

Parecemos monjes de la era medieval, auto-flagelándonos por nuestras “culpas” y “pecados” que seguramente provocaron que cayéramos de gracia, o en desgracia, y nos quedáramos solos. Adivinen que, hay mejores maneras de romper sin romperse en el proceso que jugar al rol del sacerdote auto-flagelador, es hora de ser un poco más misericordiosos con nosotros mismos y aprender formas más saludables y adaptativas de manejar nuestro proceso de ruptura/duelo sin torturarnos por el camino.

Al dolor no lo vamos a evitar, es una parte del proceso, digamos que es una de tantas pruebas que debemos superar durante la ruptura. A la que si podemos evitar es a la prima toxica del dolor, la obsesión, que también parece ser hermana por conveniencia del auto castigo sacado totalmente de contexto. 

Y es que, si ya sabemos que nos duele que esa persona ya no esté presente en nuestras vidas, ¿Cuál es la necesidad de torturarnos o martirizarnos aun más de lo necesario? ¿Será que nos cuesta soltar? ¡Claro que sí! Nos cuesta aprender a dejar ir cosas, personas y lugares; después de todo, el reflejo de apretar y no soltar es innato en los seres humanos.

¿Y si cambiamos los latigazos dolorosos por palmaditas reconfortantes?

Dejar ir implica desapegarse a la fuerza, ¡y los seres humanos estamos apegados al apego! Los monjes budistas en su máximo estado de iluminación y trascendencia logran el desapego… ¡y nos caen de la patada! Mientras ellos van por la vida desapegados de todo, nosotros vamos cargando nuestro apego a cuestas y maldiciendo: “Monje budista de mierda, por qué no te metes el desapego por el…

Como nos cuesta desapegarnos, o despegarnos, hacemos todo lo contrario, nos apegamos o pegamos aun mas. ¡Qué pegajosos somos los seres humanos! Ahora sí, esta “pegajosidad” está muy lejos de ser esa cualidad afectiva enternecedora (y muchas veces empalagosa, pero aun así dulce) de cuando estamos en pareja, y se parece más al comportamiento típico del “obsesionado borderline stalker”.

De la noche a la mañana nos convertimos en una mezcla de espía/detective privado/hacker/despechado/obsesivo/mártir, y delirantes, porque en nuestras mentes se nos ocurre que a nuestra ex pareja eso le va a parecer atractivo. Claro, ¿quién se resiste a un mártir despechado obsesionado?

Pasamos “casualmente” por la calle de la casa o el depa de nuestra ex pareja, les seguimos la pista en Facebook y Twitter, nos fijamos si cambio la foto o el estado en Whatsapp, marcamos su número “sin querer” (“¡No, no fue mi trasero el que marcó cuando me senté en el celular, fue el destino!”). Ya saben, cosas por el estilo. Vamos, no se hagan que seguro al menos una de la lista la hicieron.

El que busca encuentra, al menos eso dicen por ahí, y de tanto repetir los comportamientos arriba indicados, en algún momento nos vamos a topar con algo, y ese algo va a representar simbólicamente a ese látigo que estuvimos buscando para auto flagelarnos mientras repetimos como mantra: “Por mi culpa, por mi culpa, por mi culpa...” ¿Y saben qué?, de repente sí, no necesariamente culpa, pero si responsabilidad, por habernos puesto en la posición de mártires obsesivos en vez de ocuparnos de lo que nos concierne: HACER NUESTRO DUELO.

Y adivinen que, el duelo no se hace a punta de latigazos. Tampoco se hace pasando veinte veces al día por la calle de nuestra ex pareja ni siguiendo sus movimientos en redes sociales en busca de una señal. Menos echándose culpas y poniéndose la etiqueta de pecadores. Cambiemos las culpas por responsabilidades y cambiemos la etiqueta de pecadores por la de seres humanos.

Cambiemos esos latigazos en la espalda que duelen por palmaditas que confortan. La idea de hacer el duelo es sentirnos mejor, poco a poco, no peor. Romper sin romperse en el proceso. Nos vemos en el camino. - Izzy

viernes, 21 de marzo de 2014

El sensitivo arte de ser feliz en pareja.


Las parejas felices hacen cosas específicas que aseguran la satisfacción. Si miramos con detenimiento, nos daremos cuenta de que son cosas bastante simples, pero definitivamente vale la pena hacerlas, y por simples que parezcan, ¡qué pena que son esas mismas cosas que tantas veces olvidamos hacer con nuestra pareja! Así que lean con atención y detenimiento, ya sea para hacer más felices su vida en pareja actual o la futura, ¿vale?

Tómate el tiempo de sentir a tu pareja… ¡y dejar que te sienta! O sea, ¡siéntanse!

Si, ya sabemos que tú y tu pareja comparten una conexión emocional, pero si descuidan la conexión física, esa conexión emocional no va a subsistir solita. La clave está en ¡conectar, conectar, conectar! Esto es especialmente valido en esta época de redes sociales y WhatsApp, donde cada vez pasamos más tiempo tocando nuestros teclados en vez de tocar a nuestra pareja. ¡No me echen cuentos, que la pareja siempre se va a sentir más rica al tacto que un teclado de plástico! Al conectar físicamente, nuestro órgano afectivo y sexual más poderoso (nuestro amadísimo cerebro) segrega oxitocina, la hormona favorita de los psicólogos, la hormona del amor y del apego (apego del bueno, del sano, del que se siente bien, rico, ¡sabroso!). 

Después de un tiempo de vivir en pareja, ¿no se sorprenden dándose esos besos de medio segundo antes de despedirse por la mañana o al reencontrarse en la tarde, esos que veían de niños o adolescentes en la tele y juraron que jamás darían a la persona que más aman? Que pasa, pasa, el tema está en atajarse antes de que se vuelva costumbre (y mala costumbre, por cierto) y tomarse tiempo para cada beso, cada abrazo, cada arrumaco… ¡acuérdense de esas primeras citas cuando recién se conocieron! Es más, no se queden con el recuerdo, ¡recréenlas! Las parejas felices se toman su tiempo sintiéndose mutuamente (Hey, esto no solo es romántico, ¡también es muy sensual y erótico!). 

¡Dejen que esa oxitocina haga su trabajo!

Dicen que las parejas felices son más felices cuando duermen juntas y desnudas, ¡y el clima de Panamá ayuda! Boten (o regalen, o donen) esos pijamas, y sweaters XXX-Large (en serio, ¿pijamas en Panamá?) y vuelvan a dormir como en las épocas antiguas, que a la oxitocina no le gusta usar mucha ropa. - Izzy

jueves, 20 de marzo de 2014

¿Te puede gustar el BDSM sin que lo sepas?

Según Meredith Chivers, Profesora Asistente de la Universidad de Queen en Kingston, Canadá, las mentes y los genitales de las mujeres responden de manera diferente a la excitación sexual, mientras que en los hombres, las respuestas del cuerpo y la mente están más en sintonía. Es lo que se denomina “concordancia sexual”, el grado de concordancia entre las calificaciones subjetivas (nuestra percepción de estar o no excitados) y medidas fisiológicas (la respuesta de nuestros genitales ante el estimulo) de excitación sexual en hombres y mujeres.

Chivers y su equipo de investigación se tomaron el trabajo de revisar 134 estudios publicados entre 1969 y 2007, que miden el grado de concordancia entre las experiencias subjetivas de excitación sexual y respuestas genitales fisiológicas. En general, los estudios examinaron los datos recogidos de más de 2500 mujeres y 1900 hombres. Los participantes indicaron lo excitados que se sintieron durante o después de que fueron expuestos a una variedad de estímulos sexuales, llamado excitación subjetiva. Midieron las respuestas fisiológicas a los estímulos sexuales que utilizan diferentes métodos, incluyendo cambios en la erección del pene para los hombres y los cambios en el flujo sanguíneo genital de la mujer.

Medidas subjetivas y fisiológicas de los hombres de la excitación sexual mostraron un mayor grado de concordancia que en las mujeres. Para los participantes masculinos, las valoraciones subjetivas más acordes a las lecturas fisiológicas indican que las mentes y genitales de los hombres se ponen de acuerdo con más facilidad. Para las mujeres, sin embargo, las respuestas de la mente y los genitales no estaban tan estrechamente emparejados como los de los hombres, lo que sugiere una división entre los cuerpos y las mentes de las mujeres. 




¡Alto, aclaración necesaria!

Antes de que las mujeres se indignen ante la premisa de que sus mentes y sus genitales están en discordancia y que los hombres se hinchen de orgullo desubicado ante la premisa de que sus mentes y genitales están más sincronizados que un monje budista a la entrada del Nirvana, ¡estamos hablando de mayores y menores grados de concordancia a lo largo de un continuo!

Hay mujeres con mayor concordancia y hay mujeres con menor concordancia; y hay hombres con mayor concordancia y hay hombres con menor concordancia. En términos generales (y recordemos siempre que la norma hace a la excepción) los hombres reportamos una mayor concordancia, pero no por merito propio (si, pongan el ego de vuelta de donde lo sacaron) sino por simple cuestión fisiológica: ante la ausencia de excitación subjetiva y presencia de excitación fisiológica, es más fácil para un hombre percibir cuando tiene una erección que para una mujer percibir cuando su vagina esta lubricando.

Después de todo, las taras, complejos, inhibiciones y culpas que tenemos acerca de nuestra sexualidad y de las cosas que nos gustan sexualmente las compartimos tanto hombres como mujeres, ¡así que acá no se salva nadie y de esto aprendemos todos!




Entonces, ¿nos puede gustar el BDSM sin que lo sepamos?

Para prueba un botón, en este caso, un botón sadomasoquista. El equipo de Chivers se propuso detectar qué aspectos específicos del sadomasoquismo general la respuesta erótica. El experimento reunió a un grupo de hombres y mujeres sadomasoquistas y un grupo de convencionales o no-sadomasoquistas (o al menos eso es lo que creían). 

Les mostraron dos tipos de imágenes, unas con escenas de dolor, dominancia y sumisión sin ningún tipo de carga erótica (llamémosle sadomasoquismo no sexual) mientras que las otras imágenes también contenían un componente sadomasoquista, más desnudos, vestimentas sugerentes o personas atractivas.

Los sadomasoquistas experimentaban una respuesta de excitación erótica en ambos casos, mientras que los no-sadomasoquistas en general reaccionaban con las imágenes que incluían el componente erótico.

La parte interesante es que las mujeres que estaban experimentando una respuesta de excitación fisiológica ante las imágenes decían que no les gustaba ni excitaba lo que estaban viendo (o sea que subjetivamente no estaban excitadas, o al menos tenían la percepción subjetiva de no estarlo). Chivers observó además que algunas mujeres se excitaban fisiológicamente incluso más que con escenas eróticas similares sin componente sadomasoquista. 

Ahora, esto no necesariamente significa que estas mujeres eran sadomasoquistas reprimidas o negadas. El que algo nos excite fisiológicamente más no subjetivamente no significa que nos tenga que excitar, nuestros genitales nos dan una señal, nuestra mente decide qué hacer con ella.

Lo que si significa es que si una persona estuviera predispuesta a explorar algunos aspectos del sadomasoquismo con su pareja, quizás podría descubrir alguna faceta nueva y muy interesante de su sexualidad. 

Mientras se haga con respeto, consentimiento, igualdad, confianza y seguridad, vale la pena explorar, ¿no les parece? - Izzy

Fragmentos extraídos del artículo “Agreement of Self-Reported and Genital Measures of Sexual Arousal in Men and Women: A Meta-Analysis” por Meredith Chivers, Michael Seto, Martin Lalumiere, Ellen Laan y Teresa Grimbos y del libro “S=ex2: La ciencia del sexo” por Pere Estupinyá.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Romper sin romperse en el proceso III.

Rompieron, la relación llegó a su fin, abrieron la caja de Schrödinger y descubrieron que si, efectivamente, el gato estaba muerto, más que muerto y el cadáver apesta. Es hora de enterrar la relación y ninguno de los dos sabe si hacerlo, si tratar de resucitarla o saltar a la tumba y enterrarse en vida con ella. “Tal vez si salto, él (o ella) también lo haga, y viviremos por siempre infelizmente, 2 metros bajo tierra y junto a una relación muerta… ¿no es un cuento de hadas hecho realidad?” Si, ¡si se lo soñó Edgar Allan Poe, de repente!

Cuando hacemos el duelo de nuestra relación que ya no fue, pasa algo muy similar a lo que ocurre durante los entierros, todo el mundo habla acerca del difunto (en este caso, la relación) como si hubiera sido todo bueno y nada de malo:

“¡Se veían tan bonitos juntos!”

“¡Hacían tan buena pareja!”

“¡Eran tan unidos, un equipo!”

“Tan buena gente los dos, tal para cual!”


Y, claro, los dos empiezan a pensar lo mismo y a buscar excusas y justificativos para una resucitación temprana, después de todo, el cadáver está aún fresco e ideas más torpes se han visto, entre océanos de oro y tumbas de sal:

“¡Es que nos veíamos tan bonitos juntos!”

“¡Es que hacíamos tan buena pareja!”

“¡Es que eramos tan unidos, un equipo!”

“¡Es que somos tan buena gente los dos, tal para cual!”


Ahora ya ambos están delirando que la relación resucita milagrosamente, con una enorme sonrisa, proclamando a los cuatro vientos: “¡No, no me morí! Estoy viva, su fe me revivió y ahora nunca, nunca, jamás los dejaré! ¡Weeee!”

Así, llevados por el impulso, el miedo a la soledad, el apego y la idealización, planean un “revival” de la relación… 

… a los cuatro días, ambos desean que hubiera seguido muerta, o planean como darle una segunda muerte. Los dos se hacen la misma pregunta: “¿En qué diablos estaba pensando?”



Mejor convivimos un tiempo con fantasmas pero no con idealizaciones.

El proceso de des-idealización de la pareja y de la relación es un proceso fuerte, un golpe de frente a 180 kilómetros por hora con una pared de concreto de 60 centímetros de espesor llamada “realidad”. Sin bolsa de aire. Sin cinturón de seguridad. Sin “dummies” detrás del volante. Y si, seguimos vivos después del impacto, a pesar de sentirnos muertos.

Y es que cuando uno extraña, no extraña lo malo, al contrario, lo malo se niega, se reprime, se minimiza, le buscamos la vuelta que sea para hacerlo encajar en nuestro rompecabezas, aunque queden las piezas chuecas. 

Se nos cayó la pareja y la relación del pedestal y hacemos lo imposible por volverla a montar. ¿Y saben qué pasa? Cuando fracasan nuestros intentos por hacerlo, cavamos un pozo para nosotros, para mantener la ilusión de lo ideal que nunca fue y nunca será. Y es que desde el fondo del pozo, todo y todos parecieran estar sobre un pedestal, ¿no?

La pregunta es: ¿realmente tu plan de vida implicaba vivir en un pozo?

Convivir por un tiempo con los fantasmas de lo que fue, no será y pudo haber sido no es fácil, pero es mejor que seguir viviendo ilusionados con idealizaciones, sobre todo después de haber sobrevivido a un choque frontal con la REALIDAD.

No hablo de irse al otro extremo, no hablo de satanizar ni a la ex pareja ni a la ex relación. Hablo de hacer un recuento, un inventario, justo y necesario de lo bueno y lo malo, para tener una visión real de lo que fue la relación y tener una visión real de nuestra ex pareja y de nosotros mismos.

Seamos responsables sin ser injustos, con nosotros mismos y con aquella persona que para bien o para mal, eligió compartir parte de su vida con nosotros, y elegimos compartir parte de la nuestra con ella. Al final de una relación, cada cual recoge su paquete, sus proyecciones, las cosas que proyectamos (buenas y malas) sobre nuestras parejas y sobre la relación, y nos hacemos responsables. 

No botemos lo bueno con lo malo, ni lo malo con lo bueno. En este proceso de duelo, de romper sin romperse en el proceso, nos toca elaborar tanto lo bueno como lo malo, porque de lo contrario, siempre nos vamos a quedar con la mitad de una historia, una historia a medias de una relación a medias, y lo único que nos quedará de saldo será un duelo a medias. 

Bienvenidos a la realidad. Bienvenidos al duelo. Nos vemos en el camino. - Izzy

martes, 18 de marzo de 2014

"Una venta más personalizada" (colaboración con Karla Jiménez Comrie publicada en Vivir+, La Prensa, 18 de marzo, 2014).

"...estas fotografías permiten ver aspectos de la vida de otras personas o de famosos, que antes era imposible conocer sin contar con una cercanía evidente con ellas. La forma en que exponemos nuestras vidas ha cambiado, al contar con un número elevado de seguidores podríamos sentir que formamos parte de algo o que estamos menos solos, aunque el caso sea contrario."

lunes, 17 de marzo de 2014

¿Mentes y genitales en desacuerdo?

Con todas las distorsiones cognitivas, creencias irracionales, pensamientos rígidos, tabúes y miedos con los que nos crían y educan desde la infancia en relación al sexo, no es de extrañar que lleguemos a adultos con un conocimiento muy pobre acerca de nuestra sexualidad, nuestros genitales y aquello que nos gusta y excita versus lo que no. Tenemos muy pocos permisos para explorar y explorarnos, así nuestra sexualidad crece a la sombra de la culpa y el miedo.

Podemos aprender mucho de nuestros cuerpos y genitales, si les damos permiso de enseñarnos y nos damos permiso de aprender, sobre todo acerca de aquellas cosas que pensamos no nos excitan, o al menos eso nos dice nuestra mente, mientras que nuestros genitales nos envían una señal muy alta y clara de que quizás no sea tan así…

Lo que ocurre, como descubrí leyendo el fantástico libro “S=ex2: La ciencia del sexo” de Pere Estupinyá, es que la reacción de nuestros genitales no siempre concuerda con nuestra percepción subjetiva de estar excitados. Nuestra mente puede decidir que algo no nos gusta, no nos atrae y no nos excita mientras nuestro cuerpo y genitales bailan al son de su propia tonada. ¡No nos asustemos, esta es una excelente oportunidad de retar nuestros miedos, desaprender lo que nos enseñaron mal acerca de nuestra sexualidad y aprender lo que realmente nos gusta, nos atrae, nos enciende, nos prende, nos excita… sin tanto tabú, inhibiciones y penas! ¿Nos atrevemos?




Ahora bien, ¿qué es la concordancia sexual? Es el grado de correspondencia entre la respuesta fisiológica de nuestros genitales y la experiencia subjetiva de sentirnos excitados o no. Es decir, los genitales pueden reaccionar a estímulos que nuestra mente no interpreta ni experimenta como excitantes y no ser conscientes de ello.

La concordancia sexual entre mente y genitales femeninos es mucho más limitada que en hombres. Esto se debe, al menos en parte, a que en los hombres es más fácil identificar un principio de erección y asociarlo a sensación de excitación, mientras que algunas mujeres no saben si han lubricado hasta que se tocan.

¡Esto no significa que todas las mujeres experimentan discordancia sexual! Más bien, la diversidad de respuesta es enorme. Hay mujeres absolutamente conscientes del estado de sus genitales (concordancia alta) y otras que no (concordancia baja) y claro, un continuo de gradientes entre ambos extremos.

¿Qué influye en estas diferencias? Según estudios, la concordancia sexual está asociada a mayor nivel educativo y frecuencia de masturbación. Las mujeres que practican meditación o técnicas de relajación también suelen desarrollar mayor concordancia.

¿Y de que sirve una mayor concordancia? Simple: las mujeres con mayor concordancia se declaran más satisfechas con su sexualidad. Como indica Estupinyá:

“Conocer la respuesta de los genitales puede dar información 
útil sobre algunas fantasías  o prácticas que nos pueden 
atraer sin ser del todo conscientes de ello.”

Los hombres también le podemos sacar provecho y aprendizaje a esto, así que los reto a hacerlo, porque de la misma forma en que los genitales femeninos ponen a prueba la mente de la mujer y la obligan a repensar su sexualidad, lo mismo ocurre con nosotros, ¡solo que nuestros genitales son mucho más claros a la hora de transmitirnos el mensaje, y nosotros mucho más rápidos para hacernos los desentendidos!

¿Recomendaciones para ambos sexos? Educarnos más acerca de nuestro cuerpo y nuestra sexualidad; masturbarnos más para conocer mejor nuestro cuerpo, nuestros genitales y qué nos excita; atrevernos más a explorar esas fantasías y prácticas que nos excitan, provocan morbo y/o curiosidad (¡siempre con respeto, consentimiento, igualdad, confianza y seguridad!) y, por qué no, practicar meditación y/o técnicas de relajación, ¡mal no nos viene! Ah, y todo esto lo podemos hacer solos o en pareja. - Izzy

Fragmentos extraídos del libro “S=ex2: La ciencia del sexo” por Pere Estupinyá.

sábado, 15 de marzo de 2014

El narcisista en ti, el narcisista en mi… y en todos nosotros.

"En este tema del narcisismo, todos caemos en algún punto del continuo, y como en todo continuo, la clave está en no irse a los extremos. Es un tema muy subjetivo, y si nos pasamos la vida o la mayor parte de nuestro tiempo apuntando el dedo hacia los demás, gritando “¡Narcisista!”, vale la pena recordar que los otros cuatro dedos nos apuntan a nosotros. Después de todo, por qué te roba tanto la calma..."

jueves, 13 de marzo de 2014

Romper sin romperse en el proceso II.

Después que terminé de elaborar la entrada anterior, me quedé pensando, ¡qué difícil que es hoy en día evitar caer en esas “zonas grises” entre “fuimos” y “ya no somos” que ocurren después de una ruptura. Y es que las redes sociales nos tienen enredados y es difícil desenredarse, y especialmente aquí en Panamá, donde los 6 grados de separación a veces parecen ser 3, 2 y hasta 1.

Redes sociales, amigos mutuos, ex-familiares y todo lo demás también…

Es casi inevitable toparse con la presencia de esa persona que ya no es parte de tu vida en las redes sociales, en encuentros con amigos en común, al cruzarse con los ex-parientes políticos en la calle, en el súper, en el centro comercial, cine, etc.

Incluso si eliminas a tu ex pareja, ex parientes políticos y ex amigos en común de tus contactos en redes sociales, es tan fácil que indirectamente te des cuenta de que alguien que sigues o te sigue también sigue o es seguido por tu ex pareja.


¿Será que hay que desconectarse del mundo hasta que termine el duelo? Si queremos romper sin rompernos en el proceso, toca tomar todas las medidas preventivas posibles, sin tampoco dejar de vivir. Evitar los lugares comunes, evitar las situaciones dónde sería previsible toparse con el recuerdo o los fantasmas de lo que fue, no fue y pudo haber sido.

¿Y si nos pasa, por mas prevenciones que hayamos tomado? Respirar profundo y comportarse con dignidad. Sobrellevar el momento de la mejor manera posible, procurar hacerlo lo más corto posible y seguir camino.

Ojo, no me refiero a que ahora tu ex pareja y tu son enemigos a muerte, indeseables, no se pueden ni ver, sino que no es fácil toparse con la persona con la que compartiste un montón de cosas lindas y ambos saber que ahora es diferente. Cuesta, y es una parte natural del proceso, mas aun si hubo muchas vivencias positivas y profundas compartidas.

Otro punto importante, es muy difícil predecir cómo vamos a reaccionar (o como va a reaccionar la otra persona) si ocurre un encuentro después de la ruptura. Uno se lo imagina de una forma, se hace toda una película en la cabeza, anticipa los diálogos y las reacciones… y cuando pasa, ¡nada que ver! Se nos olvidan las líneas, no sabemos qué decir, que hacer, ¡casi nos dan ganas de salir corriendo como en las comiquitas!

No se auto-castiguen de más, eso también es normal y parte del proceso. Se va aprendiendo sobre la marcha y no hay dos rupturas iguales, porque no hay dos relaciones iguales y cada persona es un mundo y cada pareja y ex-pareja es una combinación única de esos dos mundos (aunque sean mundos que ya no son).

Si sienten que reaccionaron mal, o no como hubieran querido, si terminaron bien o más o menos bien y aun hay un canal de comunicación posible, pueden explicarse y aclararse (ojo, si saliste de una relación codependiente, recuerda que es la dinámica usual preocuparse de mas por la otra persona y de menos por uno mismo y que es hora de empezar a dejar de hacer eso, aunque nos cueste, quizás esta vez lo mejor sea resistir la tentación de explicarse y aclararse ante la otra persona, y en lugar de eso, mejor aclararse y explicarse ante uno mismo, para no seguir repitiendo patrones). 

Si terminaron mal y ya no hay canal de comunicación, bueno, mas justificación para reaccionar así, ¿qué se le va a hacer? Somos humanos, y en este momento, nuestra prioridad es nuestro bienestar y confiar en que la ex pareja también esté velando por la propia, para que nadie se rompa en este proceso de romper. Nos vemos en el camino. - Izzy.

lunes, 10 de marzo de 2014

Romper sin romperse en el proceso I.


Romper es un proceso doloroso, independientemente de que rompan con uno, sea uno el que rompa con la otra persona, o el rompimiento sea mutuo. Es bueno saber qué cosas podemos hacer para que el proceso sea más llevadero, pero de nada nos sirve si ignoramos aquellas cosas que debemos NO HACER en el proceso.

Las cosas que debemos NO HACER (usemos las mayúsculas para recordar justo eso, ¡NO DEBEMOS HACERLAS!) son precisamente las primeras cosas que nos viene a la mente hacer cuando rompemos (o nos rompen) y ahí sí que, para usar lenguaje psicológicamente adecuado, ¡nos la cagamos!

Para evitar los arrepentimientos posteriores que tarde o temprano llegan, el famoso “¿qué diablos estaba pensando cuando hice/dije eso?”, mejor saber de antemano algunas de las cosas ante las cuales es mejor abstenernos, para así poder, como sugiere el titulo de este post, romper sin romperse en el proceso.

¿Podemos seguir no siendo amigos?

Si no hay nada mas incomodo que quedar en el “friend zone” con una amistad que deseamos fuera más que eso, imagínense el efecto contrario. ¿Cómo que no, cierto? Es muy difícil ser amigos después de haber sido pareja, y a la vez, es un poco insultante hacer la propuesta, aun con las mejores intenciones.

La pregunta a hacerse es “¿Por qué quiero seguir siendo amigos con mi ex pareja?” y no deja de ser una pregunta muy importante, que nos dará información muy valiosa sobre nosotros mismos. ¿Nos da miedo romper ese vínculo y buscamos preservarlo a toda costa? ¿Queremos estar ahí como amigos por si nuestra ex pareja tiene un cambio de opinión? ¿Nos sentimos culpables por romper y creemos que le estamos “haciendo un favor” a nuestra ex pareja al ofrecerle la dizque “segunda mejor opción de ser amigos”?

Mucho cuidado, porque esto puede estar diciendo mucho de:

- Tu codependencia: Aquí puedes ser codependiente de dos maneras diferentes, y ambas son malas. Primero, ofreces tu amistad porque estas tan enfocado en el bienestar de la otra persona que te olvidas de tu propia necesidad de estar solo en este momento y hacer tu duelo como se debe, y a la vez le quitas ese derecho o permiso a la otra persona. Segundo, te aterra tanto estar solo que prefieres aceptar la “segunda mejor opción de ser amigos” antes que quedarte solo. El miedo a estar solos es terrible consejero, si te sientes así, te aconsejo mejor ir a terapia y aprender a sobrellevar tu soledad y tu codependencia. Te aseguro que se puede con las dos.

- Tu apego: Si te cuesta despegarte, estás apegado. Así de simple. No es casualidad que para las personas codependientes, el apego es también un tema difícil. ¿Sabes qué? ¡También se aprende a desapegarse! El apego es básicamente la manera en la cual nos relacionamos con las demás personas y es algo que aprendemos desde muy pequeños de nuestros cuidadores primarios. Una vez conocemos, y entendemos, nuestro tipo de apego, ¡empezamos a entender tantas cosas! Todos esos patrones disfuncionales que seguimos repitiendo pareja tras pareja se nos hacen evidentes y aprendemos a desaprender y reaprender. Vale la pena, un apego saludable es sinónimo de relaciones saludables y también de rupturas saludables. Porque no te puedo garantizar que no habrán mas rupturas en tu futuro, pero si te puedo garantizar que estas pueden ser más sanas (y menos, mucho menos, dolorosas).

- Tus triangulaciones: ¿Qué papel estás jugando con esto de seguir siendo amigos de tu ex pareja?

¿La victima? ¿La pobre personita que no puede sobrevivir sin su pareja y necesita que se quede, más no sea como amiga? ¿La personita que es tan poquito que se conforma con lo mínimo que le dejen, las migajas o la segunda mejor opción, ser amigos antes que no ser nada? No estás vendiendo tu dignidad barato, ni siquiera la estas regalando, la estas entregando y pagando encima para que te la reciban.

¿El salvador? ¿Necesitas ofrecer tu mano amiga, porque sino tu pobre ex pareja no podrá salir delante de esta ruptura tan dolorosa? A revisar ese narcisismo y esas proyecciones, porque o te estás creyendo mas (y creyendo menos a la otra persona) o estas proyectando esas necesidades (que encuentras inaceptables en ti) en esa otra persona.

¿El perseguidor? Aquí puedes jugar de dos maneras, puedes ser la persona que se queda en el rol de amigo para “perseguir” a su ex y conseguir que regrese o puedes ser esa amistad que aprovecha cada instante, momento y oportunidad para recordarle a tu ex pareja vuelta amiga lo que fueron, lo que ya no son, lo que quisieras que sigan siendo, el daño que te hizo, lo mal que te dejo, etcétera, etcétera. Mucha manipulación aquí, mucho juego y mucho drama. ¡Salte del triangulo!

- Tu falta de asertividad: La falta de asertividad, la incapacidad de decir “No” es otra lamentable secuela de la codependencia. Y cuando hay una ruptura, es aquí que se pone a prueba la asertividad, porque a ese impulso (propio, de la otra persona, o mutuo) de querer seguir siendo al menos amigos hay que decirle “No” de una manera firme, no tajante, no hiriente, pero si firme. Por el bien de los dos.

La ruptura conduce al duelo, es el momento de separar las cosas, y no hay manera de llevar adelante un duelo saludable si siguen siendo “algo” cuando ya dejaron de serlo.

Ojo, no quiero decir que nunca más podrán ser amigos o que la amistad murió junto con la relación. Personalmente, creo que es muy bonito poder preservar la amistad que hubo en algún momento de la relación una vez que dejaron de ser pareja, pero no hay ninguna regla, ley ni norma que dictamine que tenga que ser así, es una cuestión de lo que ambos (cada quien por su parte) decida y como se sienta mas cómodo.

Pero primero hay que darle tiempo al duelo, a la elaboración de esa perdida, al procesamiento de esas emociones y a la cicatrización de esas heridas, y quizás en este momento, esa petición de amistad bien intencionada solo sirva para hurgar en la herida. Si después del duelo, hay espacio para la amistad, verán que esta surge espontáneamente. Y si no, no es el fin del mundo, de la misma forma que la ruptura no lo fue. Nos vemos en el camino. - Izzy

Fragmentos extraídos del articulo “Dos and Don'ts for Getting Over a Breakup” por Julie Hanks http://relationships.answers.com/breakups/dos-and-donts-for-getting-over-a-breakup

viernes, 7 de marzo de 2014

Neuroanatomía de las emociones IX: Las emociones, el apego y el desarrollo del sistema límbico.


¡Hola! ¡Llegamos a nuestro destino final! Comencé este viaje un 26 de noviembre del 2012, apenas unos días antes de dar vida al blog, cuando asistí al seminario “Neuroanatomía de las emociones”, dictado por el Dr. Ricardo M. Vela y organizado por la Sociedad Panameña de Psiquiatría.

El Dr. Ricardo M. Vela es Director de Paidopsiquiatría y Psiquiatra en jefe de Servicios al Niño y a la Familia de la Asociación de Salud Mental del Condado de North Suffolk, Estado de Massachusetts y Profesor Asistente en Psiquiatría del Massachusetts General Hospital (Boston).

Durante cinco horas, el Dr. Vela nos llevo en un viaje sorprendente a través del sistema límbico, explicando su estructura anatómica y funcional y cómo contribuye a la expresión específica de las emociones y conducta de apego y sus implicaciones en el autismo.

El viaje se hizo más largo de lo que esperaba, pero les agradezco me hayan acompañado durante el mismo. En esta última parada, nos toca cerrar con una mirada final al desarrollo de nuestras emociones y apego paralelamente al desarrollo del sistema límbico.

Desde el momento en que nacemos, nuestro hipotálamo ya está completamente desarrollado y controla nuestras emociones. Es mediante el que el infante expresa placer o aversión, rabia y tranquilidad y corresponde con la “etapa oral” del desarrollo.

La primera transición hacia la madurez ocurre entre los 2-3 meses, con la desaparición de los reflejos de recién nacido, la reducción del llanto y el incremento de la sonrisa social.

A los 6-7 meses de edad ocurre el período de maduración amigdaloide. El infante incrementa su búsqueda de contacto social, físico y emocional y comienza a sonreír a extraños y exhibe una búsqueda indiscriminada de contacto.

La segunda transición hacia la madurez ocurre entre los 7-12 meses. Aquí surge la ansiedad por separación, cuando ante la partida de la madre, el infante evoca esquemas de su presencia previa ante la percepción actual de su ausencia. Si es incapaz de asimilarla, lleno de temor, romperá en llanto. Las proyecciones desde la amígdala hacia la corteza pre frontal desarrollan mielina entre los 7-10 meses, coincidiendo con el temor a extraños y la ansiedad de separación.

A los 7-8 meses de edad, se desarrolla el septo y el cíngulo. El infante se vuelve más discriminativo, se forma un apego real y especifico a su cuidador primario y el apego se torna progresivamente más intenso y estable.

Entre los 9-12 meses de edad continua el desarrollo del septo y el cíngulo. El infante desarrolla ansiedad de separación, se inhibe la búsqueda de contacto social indiscriminado y se estrechan, fortalecen, refuerzan y mantienen los apegos específicos.

Se va estableciendo una organización jerárquica en el sistema límbico, en la cual el hipotálamo es el “botón de encendido/apagado” de las vocalizaciones emocionales mientras que la amígdala y el cíngulo anterior intervienen en los estados emocionales sostenidos. Esta jerarquía de estructuras va progresando en su complejidad (en este caso, el hipotálamo siendo el menos complejo, la amígdala más compleja que el hipotálamo y el cíngulo más complejo que la amígdala).

Las tasas diferenciales de desarrollo de la amígdala y septo-cíngulo son cruciales en la promoción de la supervivencia y la interacción social. Y es aquí que el Dr. Vela nos deja quizás el punto más importante a tener en cuenta:

“¡El contacto físico y emocional es crítico para que el núcleo
límbico madure adecuadamente!” (Dr. Ricardo Vela)

De esta manera concluye la última etapa de este viaje a través de la neuroanatomía de las emociones. Espero lo hayan disfrutado tanto como yo. - Izzy.


Links relacionados: 
Neuroanatomía de las emociones I: El sistema límbico.
Neuroanatomía de las emociones II: El hipotálamo.
Neuroanatomía de las emociones III: La amígdala.
Neuroanatomía de las emociones IV: Los núcleos septales.
Neuroanatomía de las emociones V: El giro cingulado.
Neuroanatomía de las emociones VI: La teoría de dos golpes de la esquizofrenia.
Neuroanatomía de las emociones VII: El hipocampo.
Neuroanatomía de las emociones VIII: El cerebelo.

jueves, 6 de marzo de 2014

Rupturas, duelos y superaciones IV.


Hace un par de duelos atrás, recuerdo a mi terapeuta diciéndome más o menos así: “Izzy, yo se que estás pasando por un momento muy difícil y doloroso, pero yo quiero que vengas a tus sesiones y me cuentes también que estás bien, feliz, riéndote, compartiendo con tus amistades, disfrutando, haciendo cosas, planeando proyectos nuevos…” Me imagino que se detuvo ante mi cara de total incredulidad.

“¿¡Cómo así!? ¡Estoy en medio de un duelo! ¿Cómo puedo hacer todo eso si estoy en un duelo?” 

“¡A pesar de tu duelo! Ya sabes que estás mal, que estás pasando un momento difícil, y tienes derecho a sentirte triste sentirte mal, pero eso ya lo sabemos, ¡no significa que no puedes hacer y sentir todo lo demás que te acabo de decir!”

¡Claro! Yo no lo entendí hasta entonces, e incluso me tomó bastante tiempo asimilarlo, ¿pero quién dijo que un duelo es una obligación de 24 horas al día? Después de todo, un duelo es un continuo, va desde sentirse mal y triste hasta volver a estar bien y sentirse felices, pero en ese viaje a través de ese continuo, hay gradientes, tiene que haberlos, en los que sentirse mal y sentirse bien, estar tristes y estar felices, se mezclan, a veces al mismo tiempo. Llega un momento, quizás en la mitad de este continuo imaginario, en que se encuentran a mitad de camino, se saludan amablemente y ahí lo malo y triste empieza a ceder terreno a lo bueno y lo feliz. ¡Vamos avanzando en nuestro proceso de volver a sentirnos bien con nosotros mismos!

Llevamos a cuestas un concepto anticuado, retrogrado, disfuncional y completamente distorsionado de lo que implica un proceso de duelo, ¡encima de que precisamente nos toca hacer duelo de nuestros conceptos anticuados, retrógrados, disfuncionales y completamente distorsionados de lo que es el amor y las relaciones! Es hora de desaprender y reaprender, el ciclo eterno.

Al duelo se le da su espacio en nuestras vidas, claro que sí, pero no le damos nuestra vida. Estamos pasando por un proceso de duelo, no somos un duelo. El duelo no se vuelve parte de nuestra identidad, es un visitante temporal, y cuando cumpla su propósito y aprendamos lo que nos vino a enseñar, también nos saludará amablemente, cederá terreno hasta ese momento en que nos damos cuenta de que en algún momento, simplemente se fue, y es que se estuvo yendo durante un tiempo, pero casi ni lo notamos, si es que nos mantuvimos ocupados, ¿haciendo qué? ¡Viviendo!

Una salida nueva para nuestras emociones viejas… y para las nuevas también.

Me acabo de acordar de un fragmento de la canción “Lady Blue” de Enrique Bunbury, que dice algo así:

"desde hoy

no temas nada
no hace falta ya
todo se fue con el huracán

nada queda
de las vueltas
que el tiempo nos dio
todo se fue con el huracán"


Y es que siempre me pareció una descripción tan acertada de nuestro mundo interior tras una ruptura y/o durante el proceso de duelo. El huracán paso, se llevó todo y dejo todas nuestras emociones revueltas, enredadas y dispersas.

Nos toca buscarlas, reconocerlas, elaborarlas y procesarlas. En cierta forma, reclamarlas. Tambien es importante poder expresarlas, no importa si salen todas enredadas y confusas, mutantes emocionales mezcla de “odioamortristezaresentimientodoloramargura”. Esos son nuestros mutantes emocionales, y hay que darse permiso de sentirlos para poder separarlos, porque si no sabemos qué sentimos, vamos por mal camino.

Igual si sabemos lo que sentimos, pero no sabemos cómo expresarlo o no tenemos el permiso para hacerlo, como el famoso y nefastamente equivocado “los hombres no lloran”. No se imaginan cuantos pobres hombres cargan su duelo injustamente por años por culpa de algún idiota que le dijo que no podía llorar porque eso “no es de hombres”.

Nunca es tarde para aprender a identificar y sentir nuestras emociones. No hay nada de malo en ello. Lo malo sería no hacerlo, entonces las emociones se niegan o se reprimen, y se enferma el alma, el corazón, el cerebro y el cuerpo. También corremos el riesgo de canalizarlas de forma negativa, por medio del “acting out”, esas conductas peligrosas, arriesgadas y dañinas que disfrazan o enmascaran lo que en realidad estamos sintiendo.

¿Otro ejemplo para ilustrar este último punto? Los hombres no deben llorar, pero si pueden salir a emborracharse, estrellar el carro contra un árbol, agarrarse a trompadas con alguien o buscarse una prostituta para sacarse el clavo, y ganarse una enfermedad de trasmisión sexual. Hago énfasis en esto, porque a la hora de un duelo (trátese de una ruptura o por cualquier otra causa) en general las mujeres tienen más permisos para sentir lo que tienen que sentir que los hombres.

Si a tu amigo lo acaban de dejar y se siente mal y realmente lo quieres ayudar, prueba algo nuevo y en vez de llevarlo a un prostíbulo a emborracharse y acostarse con una prostituta, intenta sentarte con él, tomarse un café y que suelte todo el rollo que tenga que soltar. Ah, y dile que si quiere llorar, que llore, para eso están los amigos. Al menos los de verdad. Como dice Jarabe de Palo:

“Llora ahora y ríe luego.”

Entonces, consideremos esta como una oportunidad para buscar y descubrir una salida nueva para nuestras emociones viejas y para las nuevas también. Arte, música, ejercicios, pasatiempos, conversaciones, lectura, viajes. Rebelarse o revelarse, o ambos, ¿recuerdan?

¿La gran diferencia entre las actividades y escapes sanos versus los tóxicos? Bueno, al menos para mí, los escapes sanos no excluyen el sentir el dolor y tristeza del duelo, pero tampoco excluyen el bienestar y la felicidad. Si, sé que me voy a sentir mal, triste y hasta enojado, pero eso es normal y parte del proceso y poco a poco me iré sintiendo mejor, y no por ello me voy a negar el permiso de también sentirme bien, feliz, emocionado y de disfrutar los buenos momentos, mientras que los escapes tóxicos implican no sentir, ni lo bueno ni lo malo, anestesiarse, morir en vida por dentro mientras hacemos de cuenta que estamos más vivos que nunca por fuera.

Ya saben, elijan con sabiduría y que su duelo sea, a su debido tiempo, prueba superada. - Izzy

Fragmentos extraidos del articulo “Dos and Don'ts for Getting Over a Breakup” por Julie Hanks.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Neuroanatomía de las emociones VIII: El cerebelo.


El 26 de noviembre del 2012, asistí al seminario “Neuroanatomía de las emociones”, dictado por el Dr. Ricardo M. Vela y organizado por la Sociedad Panameña de Psiquiatría. El Dr. Ricardo M. Vela es Director de Paidopsiquiatría y Psiquiatra en jefe de Servicios al Niño y a la Familia de la Asociación de Salud Mental del Condado de North Suffolk, Estado de Massachusetts y Profesor Asistente en Psiquiatría del Massachusetts General Hospital (Boston).

Durante cinco horas, el Dr. Vela nos llevo en un viaje sorprendente a través del sistema límbico, explicando su estructura anatómica y funcional y cómo contribuye a la expresión específica de las emociones y conducta de apego y sus implicaciones en el autismo.

¿Listos para continuar nuestro viaje a través del sistema límbico? ¡Esta es la anteúltima parada del viaje! Hoy conoceremos más acerca del cerebelo…

Tradicionalmente se creía que el cerebelo estaba involucrado solamente en funciones motoras y literatura que data hasta el año 1831 implica que el papel del cerebelo en funciones no-motoras era ignorado o descartado.

Conexiones límbicas funcionales.

En 1950, Ray S. Snider predijo el rol del cerebelo en la psiquiatría como el “gran modulador de la función neurológica”. Experimentos electrofisiológicos comprobaron la conexión del cerebelo con el septo, hipocampo y amígdala.

Estos experimentos demostraron una mejoría en la expresión de la agresión en pacientes psiquiátricos tras la estimulación eléctrica sobre áreas específicas del cerebelo, atribuidas a la conexión con el sistema límbico.

Síndrome cognitivo afectivo cerebeloso.

El síndrome cognitivo afectivo cerebeloso es una condición que sigue a partir de lesiones (daño) en el cerebelo. Este síndrome, descrito por el Dr. Jeremy Schmahmann y sus colegas se refiere a una constelación de déficits en los dominios cognitivos de la función ejecutiva, la cognición espacial, el lenguaje y el afecto como resultado de daños en el cerebelo.

El deterioro de la función ejecutiva incluye problemas con la planificación, el razonamiento abstracto, la fluidez verbal y la memoria de trabajo, y con frecuencia hay perseverancia, distracción y falta de atención. Los problemas de lenguaje incluyen disprosodia, agramatismo y anomia leve. Los déficits en la cognición espacial producen desorganización visual-espacial y problemas de la memoria visual-espacial . Los cambios de personalidad se manifiestan como embotamiento del afecto o comportamiento desinhibido e inapropiado.

Estas alteraciones cognitivas dan como resultado una reducción global de la función intelectual. El síndrome cognitivo afectivo cerebeloso desafía la visión tradicional del cerebelo como responsable exclusivamente para la regulación de las funciones motoras. Ahora se piensa que el cerebelo es responsable de supervisar tanto las funciones motoras y no motoras. Se cree que los déficits no motores descritos en el síndrome cognitivo afectivo cerebeloso son causados por una disfunción del cerebelo en las conexiones a la corteza cerebral y el sistema límbico.

Cerebelo y autismo.

Sin entrar en detalles neuroanatómicos complejos, se observan cambios morfológicos en los hemisferios cerebelares de personas con autismo, con cantidades decrecientes de células en comparación a cerebelos neurotípicos. También se observan neuronas de mayor tamaño en niños, y más pequeñas, pálidas y en menor número en adultos.

Estas anomalías pueden incrementar el funcionamiento anormal de las estructuras límbicas en algunas personas con autismo, y podrían explicar, al menos parcialmente, la ausencia de control de impulsos en ellas.

Concluyendo, las anormalidades al nivel del cerebelo podrían resultar en interrupciones en la red neuronal involucrada en la modulación y organización de la emoción, lenguaje, interacción social y el comportamiento “psicológicamente apropiado”.

Las anormalidades más nucleares podrían jugar un rol en las perturbaciones afectivas presentes en el autismo, mientras que la neuropatología cerebelar lateral e inferior podría relacionarse a desarrollo anormal del lenguaje y comportamientos sociales y psicológicos “inapropiados”.

Uso comillas en los dos últimos párrafos, porque nos guste o no, nos toca entender que lo que es “inapropiado” para nosotros, personas “neurotípicas”, es perfectamente “apropiado” en la mente de una persona con autismo, al menos ese es mi punto de vista muy personal.

De esta manera concluye la séptima etapa de este viaje a través de la neuroanatomía de las emociones y los invito a leer el próximo post al respecto, donde llegamos al final de este increíble viaje de una tarde con el Dr. Ricardo Vela, hablando acerca de las emociones, el apego y el desarrollo del sistema límbico.

¡Hasta entonces! - Izzy.


Links relacionados: 
Neuroanatomía de las emociones I: El sistema límbico.
Neuroanatomía de las emociones II: El hipotálamo.
Neuroanatomía de las emociones III: La amígdala.
Neuroanatomía de las emociones IV: Los núcleos septales.
Neuroanatomía de las emociones V: El giro cingulado.
Neuroanatomía de las emociones VI: La teoría de dos golpes de la esquizofrenia.
Neuroanatomía de las emociones VII: El hipocampo.

lunes, 3 de marzo de 2014

Rupturas, duelos y superaciones III.


Las rupturas duelen. El duelo duele. Así de simple es. Igual que una herida, tiene que doler antes de empezar a sanar y cicatrizar. Es un dolor necesario, y no dura para siempre, si es que lo procesamos y elaboramos como se debe, y si nos damos tiempo para sanar y permiso para llorar lo que haya que llorar y sentir lo que haya que sentir. Contrario al dolor de una herida física, el dolor de un duelo (sea por una ruptura o cualquier otra causa) no debe de anestesiarse (con drogas, alcohol, sexo, juego, actividades arriesgadas u otros mecanismos que usemos para escaparnos del dolor y el recuerdo) ya que el sentir plenamente (¡sin martirizarse!) es lo que ayudará a que el duelo se elabore como se debe. 

Pero el duelo por una ruptura no es vestirse de negro, llevar un luto perpetuo, ni pedir ser enterrado en vida junto a los restos de lo que fue, pudo haber sido y ya no será de la relación. Como indica la sabiduría oriental, toda crisis significa una oportunidad. En el caso del duelo por una ruptura, la oportunidad de reinventarnos y reconocernos, porque a menudo inyectamos tanto de nuestra identidad en nuestra relación que cuando ésta deja de ser sentimos que quedamos metidos en un guacho raro y confuso, entre retazos propios, pedazos de la relación y fragmentos de nuestra ex pareja. ¡A veces no sabemos qué es nuestro y qué ya no lo es! ¿Dónde quedamos nosotros en medio de todo esto? Como yo digo, “el difícil arte de separar siameses”.

Tranquilos. Respiren. Estamos ahí. Seguimos ahi. Solo hay que buscar. ¿Y saben qué? Es lindo volver a encontrarse y volver a conocerse, e incluso reinventarse, con todos estos nuevos aprendizajes y experiencias.

¿Y si nos rebelamos… o nos revelamos?

Rebelarse (sanamente) o hacer una revolución (interior) o revelarnos, es decir, descubrir algo nuevo acerca de nosotros mismos. Redescubrirse. Reinventarse. Reeditarse. Las rupturas son excelentes oportunidades para empezar de nuevo, quizás porque en cierta forma nos fuerzan a hacerlo, o al menos nos dan un empujoncito en la dirección adecuada. Normalmente es hacia adelante. Tú decides si prefieres ir hacia atrás (¿entiendes que esa no es la dirección más aconsejable, no?), quedarte donde estas (estancarse, porque después de todo, no deja de ser una opción, no una buena, al menos para mí, pero cada quien es libre de elegir, ¿no?) o ir hacia adelante (pista: esta parece ser la mejor opción de las tres, ¿no te parece?).

Mantenerse activos es importante. Es posible deprimirse durante un duelo. ¿Lo primero que hacemos cuando nos llega un paciente con depresión a consulta? Activarlo. Moverlo. Que salga a caminar. Que corra por el Parque Omar. Que se mueva. Que no se quede quieto. Que no se estanque frente al televisor o se quede pegado a las sábanas. Mantenerse activos es importante. En constante movimiento. Y cuando el cuerpo no se está moviendo (no podemos estar permanentemente en movimiento, ¿no?) que fluyan los pensamientos, las ideas, los sentimientos, las emociones, los sueños, las esperanzas, los planes (por más alocados y casi imposibles que parezcan), la creatividad, la imaginación, etc. Lo más importante, no quedarse estancado en momentos, recuerdos, lugares, personas y cosas que ya no son. No hablo de borrarlos de la mente, del corazón, del alma y del recuerdo, pero si hablo de NO QUEDARSE ESTANCADOS.

Porque la otra persona puede estar moviéndose (lo cual no tiene nada de malo, es lo esperable) mientras tú te quedaste paralizado, y a ti te va a doler todo esto muchísimo más cuando veas que la otra persona está siguiendo adelante con su vida mientras tú te quedaste atrapado en un momento que ya ni es. Hacer una buena ruptura implica aceptar que la otra persona siga su camino, y hay que darse el mismo permiso, porque de eso se tratan las rupturas sanas. 

Busca lo nuevo en libros, ejercicios, gimnasia, ¿clases de danza quizás?, aprender a tocar un instrumento musical, retomar un pasatiempo, viajar (o planear un viaje), visitar lugares nuevos (ya que siempre es bueno evitar los lugares viejos y comunes, al menos al principio), descubrir música y películas nuevas, ¿ir a conciertos, ver a tu banda favorita tocando en vivo?, tomar un curso, inscribirse en una carrera nueva, aprender un idioma desconocido, adoptar una mascota (o una matita, si no te animas a una mascota), la lista es interminable. Ya sea que decidas rebelarte o revelarte, o ambos, ya estás dando un paso acertado hacia la superación. Nos vemos en el camino. - Izzy

Fragmentos extraidos del articulo “Dos and Don'ts for Getting Over a Breakup” por Julie Hanks.

domingo, 2 de marzo de 2014

Tool, Jung, sombras y cromosomas III.



Si bien la idea de que podamos desarrollar un par extra de cromosomas es súper interesante, “Forty Six & 2” me llamó más la atención por sus referencias a la sombra más que por la alusión a esta teoría de Bob Frissell. No he oído de seres humanos con 48 cromosomas… aún. Se con certeza que la norma (mas adelante veremos porque digo que es una norma, ya que toda norma tiene su excepción) para los seres humanos es tener 46 cromosomas, y estoy de acuerdo con Bob (sin necesidad de estarlo con su filosofía/ideología) de que somos seres sumamente caóticos, desorganizados y confundidos, pero lo que en realidad me intrigó fueron estas referencias a las dichosas tribus aborígenes de Australia que poseen 2 cromosomas menos que los demás. ¿Verdad o cuento chino? 

Estación tres. 

La página de Bob Frissell habla de muchos temas, entre ellos la geometría sagrada, que si bien puede sonar como un concepto hartamente místico o metafísico, está presente en muchos aspectos de la naturaleza (y esto si está comprobado científicamente, es decir, la explicación “mística” ya es otro tema, pero el fundamento científico está ahí). Incluso hace mención de la conexión con Tool, y el uso de la geometría sagrada (supuestamente, la base de todo en el universo, matemáticas incluidas), la flor de la vida (una figura geométrica que supuestamente contiene en ella toda la información necesaria para la creación de la vida) y otros conceptos en el álbum “Aenima” (titulo curiosamente basado en otro concepto Jungiano, el del ánima). 

Pero no encontré nada sobre aborígenes australianos con 44 cromosomas. Una búsqueda en Google por el término “aborígenes australianos 44 cromosomas” (en inglés) me dio varios resultados y decidí explorar si alguna contenía algo de información concreta. En este punto entiendo que este post se aleja cada vez más de lo psicológico y se acerca cada vez más a lo biológico, pero, hey, la biología tiene mucho que ver con la psicología. 

Me da la impresión de que en algún punto, alguien se tomó la “licencia poética”, al describir este supuesto primer nivel de evolución humana caracterizada por humanos de 44 cromosomas, de incluir (o forzar la inclusión) a los pobres aborígenes australianos, privándoles de un valioso par de cromosomas que siempre vienen bien. 

Otra aclaración necesaria es que, a pesar de que esta teoría de Bob Frissell implica mayor numero de cromosomas a mayor nivel evolutivo, esto no significa que los seres más “evolucionados” (concepto muy subjetivo, evolucionados según qué o según quién) necesariamente tengan más cromosomas. Para ejemplo un botón: Nosotros tenemos 46 cromosomas. Un helecho tiene 480. Al menos a mí, aunque me tilden de narcisista, me gusta pensar que soy más evolucionado que el helecho que tengo en el balcón del depa. 

"Lo que nos falta en humanidad... ¡nos sobra en cromosomas!"

Tener más o menos de 46 cromosomas es posible, pero casi siempre resulta en algún trastorno, desorden o defecto. Pero como dije un poco más arriba, o en un post anterior de la serie, la existencia de la norma es lo que permite la existencia de la excepción, y a la naturaleza le encantan las excepciones a la norma.

Hace unos años atrás, un doctor en la China identifico a un hombre con 44 cromosomas. Excepto por esta diferencia numérica, en toda forma medible, se trataba de un hombre perfectamente normal. Eso sí, no era un aborigen australiano. 

En realidad, el tema no era tanto que esta persona tuviera dos cromosomas de menos, en realidad estaban ahí, pero fusionadas a otras dos (sus cromosomas 14 estaban fusionadas con sus cromosomas 15, y para aclarar, las cromosomas vienen en pares enumerados del 1 al 23, o 22, si no tomamos en cuenta nuestros cromosomas sexuales, XX o XY). 

Es más, si evolucionáramos hacia 48 cromosomas, nos encontraríamos en una situación irónica, tendríamos la misma cantidad de cromosomas que teníamos antes de evolucionar hacia los 46. Así es, antes de tener 46 cromosomas, teníamos 48, igual que nuestros primos lejanos, los chimpancés.

"Con mis 2 cromosomas extras hago toda clase de monerías..."

¿Entonces si evolucionamos nos convertiríamos en chimpancés? ¿Los chimpancés ya están evolutivamente por encima de nosotros, con sus dos cromosomas extras? ¡Malditos sean! De eso no tengo la menor idea, pero eso sí, me parece que los chimpancés no se pasan la vida escapándose de su sombra, como nosotros. Quizás esa sea una lección que podemos aprender de ellos. - Izzy

Fragmentos de estos artículos extraídos de: 
Estación uno: “Forty Six & 2 Explanation” - http://www.youtube.com/watch?v=OufK0647p1U 
Estación dos: “Forty Six & 2 - Tool” - http://www.youtube.com/watch?v=Tja6_h4lT6A 
Estación tres: “The 44 Chromosome Man” - http://genetics.thetech.org/original_news/news124