Navidad no siempre puede ser sinónimo de felicidad, mientras la mayoría de la gente espera la medianoche que anuncia el alumbramiento del Niño Dios y da inicio a la apertura de regalos. Un grupo no tan minúsculo desearía que la fecha desapareciera del calendario.
El fenómeno ha sido asociado a la depresión navideña, y sus causas tienen diversos motivos como la pérdida de un ser querido, el vivir lejos de la familia o atravesar por una difícil situación económica.
Lo primero que hay que diferenciar, según comenta el psicólogo Ezequiel Meilij, es el sentimiento de tristeza del padecimiento de depresión.
El segundo es la prolongación del período de desánimo. “Es una tristeza con mayor gravedad e intensidad que puede llevar al deterioro físico y clínico”.
Para la psicóloga Anilena Mejía, un síntoma de alarma es cuando la persona ha sobrepasado 30 días con la misma actitud. “Algunos se sienten desmotivados, lloran, están irritables. Experimentan mucha ira y pueden llegar a la determinación de acabar con su propia vida”.
Pérdida familiar.
Ante la pérdida de un ser querido es necesario tomarse un tiempo de duelo, y si este coincide con la Navidad, no se debe forzar al afectado a estar de fiesta. “No luche contra las emociones, déjelas fluir”, dice Mejía, al tiempo que Meilij advierte de que “tratar de bloquear el dolor, retener el llanto y pretender estar feliz cuando no lo está impide hacer un proceso adecuado de duelo”.
Sin embargo, asegura que no se debe sentir culpable; al contrario, puede haber espacios para la alegría como el recordar los momentos agradables y emotivos con aquella persona que ya no le acompaña.
Eso sí, evite el aislamiento y comparta con alguna persona que pueda comprender su situación.
Lejos de casa.
La tecnología se hace amiga para acabar con esos sentimientos de soledad, busque apoyo en redes sociales o llamadas virtuales para estar en sintonía con sus familiares, dice Meilij.
Otra forma es practicar las costumbres, ritos navideños de su país y formar grupos entre coterráneos que puedan compartir y convertirse en un apoyo para no sentirse solo.
A falta de dinero.
Mejía plantea que la falta de dinero para comprar regalos exorbitantes son, en realidad, una oportunidad para demostrar cariño y ponerse “creativo”. Una forma de demostrar su amor es haciendo cosas sencillas como hornear un dulce, cocinar una cena modesta, pasar tiempo con esa persona especial, decir “te quiero” y dar un abrazo amplio y sincero, de seguro para ello no es necesario rebozar de dinero.
Enlace original: http://impresa.prensa.com/vivir/Escape-depresion_0_4102839772.html