martes, 30 de julio de 2013

Café con TCC - Parte 2: Terapia Racional Emotiva Conductual (Modelo T.R.E.C.) - El ABC de la teoría.



La Terapia Racional Emotiva Conductual (T.R.E.C.) de Albert Ellis - El A-B-C de la teoría.

Ellis, citado por J. Camerini (2004), considera que el núcleo de su teoría está representado por una frase atribuida al filosofo estoico griego Epícteto: “Las personas no se alteran por los hechos, sino por lo que piensan acerca de los hechos”. Ellis resumió su teoría en lo que denominó el “ABC” recordando que  “entre A y C siempre está B”.

El A-B-C de la Terapia Racional Emotiva Conductual de Albert Ellis.

A” (“Activating Event”) representa el acontecimiento activador, suceso o situación. Puede ser una situación o acontecimiento externo o un suceso interno (pensamiento, imagen, fantasía, conducta, sensación, emoción, etc.).

B” (“Belief System”) representa en principio al sistema de creencias, pero puede considerarse que incluye todo el contenido del sistema cognitivo (pensamientos, recuerdos, imágenes, supuestos, inferencias, actitudes, atribuciones, normas, valores, esquemas, filosofía de vida, etc.).

C” (“Consequence”) representa la consecuencia o reacción en ocasión de la situación “A”. Las “C” pueden ser de tipo:

Emotivo (emociones)
Cognitivo (pensamientos)
Conductual (acciones)
Físico o fisiológico (somatizaciones o reacciones psicosomáticas)

Las consecuencias (“C”).

Con respecto a las consecuencias, la TREC distingue entre las “apropiadas” (“funcionales” o “no perturbadas”) y las “inapropiadas” (“disfuncionales”, “perturbadas” o “auto-saboteadoras”).

Las emociones son necesarias porque cumplen tres funciones en las personas:

Las emociones nos informan de diversos desequilibrios en nuestra vida.
Las emociones generan la motivación y el impulso o energía necesarios para actuar
        superando las situaciones negativas o desequilibrios detectados.
Las emociones son medios de comunicación para informar a los que nos rodean
        sobre nosotros, nuestros deseos y/o intenciones.

De acuerdo con J. Camerini (2004), ante cada situación reaccionamos con emociones y conductas que dependen de nuestra interpretación sobre ella. Algunas reacciones son más apropiadas o funcionales que otras para lograr nuestras metas. La calificación de una reacción como más o menos apropiada o funcional dependerá de dos consideraciones:

Que la intensidad sea acorde a la situación con referencia a la cual se genera.
Que favorezca:
         - Preservar la vida
         - Preservar la salud
         - Evitar el sufrimiento
         - Resolver el problema
         - Lograr las metas u objetivos de la persona.

Las emociones (o conductas) inapropiadas se caracterizan por:

Causar un sufrimiento innecesario o desproporcionado con respecto a la situación.
Llevar (o implicar) comportamientos “auto-saboteadores” (contrarios a los propios
        intereses u objetivos).
Dificultar (o impedir) la realización de las conductas necesarias para lograr los
        objetivos propios.
Estar asociadas a “creencias irracionales”.

Las cogniciones (“B”).

Con respecto a las cogniciones, para una mejor comprensión de sus conceptos Ellis y Dryden, citados por J. Camerini (2004) ejemplifican algunas de ellas:

Observaciones (no evaluadoras) que se limitan a lo observado: “El hombre está
        caminando”.
Inferencias (no evaluadoras) que incorporan hipótesis o supuestos que pueden ser
        acertados o erróneos: “El hombre que está caminando intenta llegar a la oficina”.
Evaluaciones preferenciales (creencias racionales): “Me gustaría tener pareja”.
Evaluaciones demandantes (creencias irracionales): “Necesito absolutamente
        tener pareja”.

Las evaluaciones demandantes se caracterizan por su rigidez e intolerancia a la frustración.

Es importante diferenciar las inferencias de las creencias, ya que:

Las inferencias pueden ser acertadas (ajustadas a la realidad) o erróneas.
Las creencias pueden ser “racionales” o “irracionales”.

Una creencia irracional se caracteriza por:

Ser lógicamente inconsistente (partir de premisas falsas o resultar de formas
        incorrectas de razonamiento).
Ser inconsistente con la realidad (no concordante con los hechos, distinto a lo
        observable).
Ser dogmatica, absolutista, expresada con demandas (en vez de preferencias o
        deseos).
Conducir a emociones (o conductas) inapropiadas o auto-saboteadoras.
No ayudar (o impedir) el logro de los objetivos de la persona.

Las demandas.

Ellis descubrió que, habitualmente, los pacientes se perturbaban  por tener pensamientos que se basaban en una actitud demandante. Esta se evidenciaba cuando, debajo de otros pensamientos, aparecía alguno que expresaba una demanda o exigencia absolutista, rígida o intolerante. Estas demandas pueden estar dirigidas hacia el mundo, hacia otras personas o hacia nosotros mismos; lo que se conoce como la triada cognitiva.

Estas demandas están expresadas por frases tales como:

Yo debería…
Yo necesito…
El tiene que…
El no debe…
No soporto que…
Es inadmisible que…

Ellis denominó a las demandas absolutistas: “creencias irracionales”. Más allá de las palabras que se elijan para expresar los pensamientos, lo importante es la actitud. No es lo mismo desear que algo sea de una manera que pretender absolutamente que las cosas siempre sean de esa manera.

No es lo mismo desear y hacer lo posible para que ciertas normas se cumplan, que exigir o demandar que siempre el mundo y las personas actúen de acuerdo a esas normas. No es lo mismo luchar para alcanzar ciertas metas y logros que exigir o demandar que absolutamente siempre se deban cumplir.

En cuanto a las normas: fueron hechas para luchar contra ciertas tendencias naturales que, inevitablemente, siguen y seguirán apareciendo. Aceptar la realidad es el primero y único paso posible para tratar de modificarla o adaptarnos a ella. La intolerancia a la frustración no cambia la realidad.

La alternativa es una actitud preferencial, consistente en desear y luchar para lograr metas y deseos, pero aceptar que algunos  pueden no cumplirse y adaptarse a la realidad que no se puede modificar. Se trata de cambiar una demanda por un deseo o preferencia.

Próxima parte: La Terapia Racional Emotiva Conductual (Modelo T.R.E.C.) - Las creencias irracionales habituales.

domingo, 28 de julio de 2013

Video | “Introducción a una sexualidad saludable” - Parte 1 de 5.

¡Hola a todos! A continuación les comparto la primera parte de la charla: “Introducción a una sexualidad saludable”, dictada en la Universidad Interamericana (Panamá) el jueves 20 de junio del 2013, en el marco de la Semana de la Psicología. Tópicos: Sexualidad; Sexo y género; Erotismo; Enamoramiento sano; Historia de la elección de pareja (primera parte). Agradezco una vez más... Leer más.

miércoles, 24 de julio de 2013

Café con TCC - Parte 1: La terapia cognitiva.

En el año 1956 el Dr. Albert Ellis inicia una nueva corriente en psicoterapia que hoy se conoce con el nombre de Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC).  Algunos años después, en 1962, el Dr. Aaron T. Beck inicia una nueva propuesta en psicoterapia que denomina Terapia Cognitiva (TC), que adquiere gran prestigio por su eficacia para enfrentar la depresión y la ansiedad... Leer más.

lunes, 22 de julio de 2013

Video | "¿Cómo superar el engaño de tu pareja?" (Tu Mañana, 18 de julio, 2013).

El pasado jueves 18 de julio me invitaron por tercera vez al programa matutino "Tu Mañana" que se transmite por Canal 13, esta vez para hablar acerca de "¿Cómo superar el engaño de tu pareja?". Siempre es un gusto y un honor el poder participar y compartir con Karen y Michelle, que por cierto me tienen muchísima paciencia ya que ellas son todas unas "pro" en esto de la... Leer más.

miércoles, 17 de julio de 2013

Dra. Janine Wanlass: “Una vista al tratamiento de niños, parejas y familias desde las relaciones objetales.”

¡Hola a todos! En Junio tuve el placer de asistir al Congreso “Retos Terapéuticos en el Tratamiento Clínico Contemporáneo de Niños, Parejas y Familias” organizado por el IPI (International Psychotherapy Institute o Instituto Internacional de Psicoterapia) del 5 al 8 de junio del 2013 y presenciar 11 increíbles charlas con expositores locales e internacionales con muchas ganas de compartir... Leer más.

sábado, 13 de julio de 2013

"10 mitos de la salud mental" (Publicado en Vivir+, La Prensa, 13 de julio, 2013).

¡Hola! Hoy publicó mi segundo articulo para la sección de "Mitos" en la edición sabatina de Vivir+, en La Prensa. Como siempre, extiendo mis agradecimientos a la periodista Rella Rosenshain por su constante apoyo y confianza. Me encanta tener la oportunidad de desmitificar distintos aspectos de los trastornos mentales, en este caso, la salud mental.


A continuación les comparto una transcripción del articulo original "10 mitos de la salud mental":

1. La salud mental es la ausencia de enfermedades o trastornos mentales.

Falso. El concepto de salud mental es mucho más complejo y abarcador. La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como “un estado de bienestar, en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

2. Las personas que padecen enfermedades mentales no tienen cura.

Falso. Si bien la severidad y prognosis de las enfermedades o trastornos mentales varían de persona a persona, la mayoría de ellas, con un tratamiento o intervención adecuada y un buen sistema de soporte (amigos, familiares, etc.), logran la recuperación y llevan vidas plenas, satisfactorias, productivas y saludables.

3. Buscar ayuda ante un problema de salud mental es una señal de debilidad e incapacidad.

Falso. Muchas personas padecen trastornos mentales y evitan buscar ayuda por miedo a ser percibidas como débiles o se sienten incapacitadas por su enfermedad. Muy por el contrario, el buscar ayuda es señal de una fortaleza del individuo, muchas veces ignorada o malinterpretada como una flaqueza.

4. Las personas con trastornos mentales son violentas y peligrosas.

Falso. Padecer de un trastorno mental no significa ser violento ni peligroso. La mayoría de los crímenes violentos y homicidios son cometidos por personas que no sufren ningún tipo de trastorno mental. Al contrario, debido a su enfermedad, es más probable que la persona sea víctima de violencia o se lastime a sí misma. Este estigma causa mucho daño, pues la persona que padece el trastorno se aisla por temor a ser percibida como violenta y agresiva, y las personas de su entorno la evitan o rechazan por temor.

5. Todo aquel que tenga una enfermedad mental es un loco.

Falso. Términos como “loco” y “locura” son utilizados de manera muy irresponsable, y solo ayudan a perpetuar los mitos y estereotipos acerca de las personas que padecen trastornos mentales. Sufrir de un trastorno metal no significa estar loco, significa que se tiene un problema provocado por factores genéticos, sociales, ambientales y biológicos, y que en la mayoría de los casos puede tratarse exitosamente mediante terapia. Las personas con trastornos mentales deben ser tratadas de manera respetuosa y digna.


6. Las enfermedades mentales solo afectan a ciertas personas.

Falso. Las enfermedades o trastornos mentales son más comunes de lo que se supone, lo que sucede es que hay muchos tabúes al respecto, y por temor a ser estigmatizados y discriminados, quienes los padecen no buscan ayuda. Las enfermedades mentales no discriminan edad, sexo, cultura ni niveles educativos o económicos.

7. Quienes sufren de problemas de salud mental son débiles.

Falso. El sufrir de una enfermedad mental o padecer un problema de salud mental no tiene nada que ver con un carácter débil.

8. La salud mental no tiene relación alguna con la salud física.

Falso. La salud mental está determinada por un conjunto de componentes: mentales, emocionales, físicos, ambientales, sociales, económicos, familiares, espirituales, educativos, laborales, etc. El deterioro de la salud mental puede impactar negativamente sobre la salud física y viceversa.

9. Enfermedad mental es sinónimo de retraso mental.

Falso. Enfermedad mental y retraso mental no son la misma cosa. La característica esencial del retraso mental es una capacidad intelectual general, significativamente inferior al promedio, que se acompaña de limitaciones significativas de la actividad adaptativa propia. Un trastorno (o enfermedad) mental es un síndrome o un patrón comportamental o psicológico de significación clínica, que aparece asociado a un malestar, a una discapacidad o a un riesgo significativamente aumentado de morir o de sufrir dolor, discapacidad o pérdida de libertad. Cualquiera que sea su causa, debe considerarse como la manifestación individual de una disfunción comportamental, psicológica o biológica.

10. Las personas que padecen problemas de salud mental son inútiles e improductivas.

Falso. La falta de atención e intervención, así como el rechazo, la estigmatización, el prejuicio y el aislamiento son los que convierten a estas personas en inútiles e improductivas. Con tratamiento y apoyo, estas personas pueden ser tan eficientes y productivas como cualquiera. Es más, el sentirse productivos y útiles repercute positivamente en la salud mental de estas personas.

Espero haya sido de su agrado y estaré compartiendo con ustedes más artículos muy pronto. - Izzy

Articulo original: http://www.prensa.com/impreso/vivir/10-mitos-salud-mental/191385

lunes, 8 de julio de 2013

De embarazos adolescentes y píldoras del día después.

A veces hay temas que me quedan rondando en la cabeza y haciendo su necesario ruido y tal es el caso para estos, desde que me toco dar mis primeras charlas (como psicólogo clínico propiamente dicho) sobre sexualidad durante la pasada Semana de la Psicología. Sucede que nadie vive en un vacío, y cuando llevamos nuestro material y lo hacemos del dominio público… Leer más.

sábado, 6 de julio de 2013

Neuroanatomía de las emociones II: El hipotálamo.



El hipotálamo en 120 palabras.

El hipotálamo es una estructura muy antigua, se encuentra totalmente funcional al momento del nacimiento y es la fuerza motivadora detrás de nuestras emociones. Contiene pequeños núcleos con una variedad de funciones; una de las más importantes, enlazar el sistema nervioso al sistema endocrino mediante la glándula pituitaria (hipófisis). Todos los cerebros de vertebrados contienen un hipotálamo y en los seres humanos este es del tamaño de una almendra.

El hipotálamo es responsable por ciertos procesos metabólicos y otras actividades del sistema nervioso autónomo. Sintetiza y segrega neurohormonas que estimulan o inhiben la secreción de hormonas pituitarias. Controla nuestra temperatura corporal, hambre, aspectos importantes de la crianza de los hijos y comportamientos de apego, sed, fatiga, sueño y ciclos circadianos.

El hipotálamo estructurado.

El hipotálamo es una estructura cerebral compuesta por núcleos distintivos y áreas menos distinguibles anatómicamente. Coordina muchos ritmos circadianos hormonales y comportamentales, mecanismos homeostáticos y comportamientos importantes. Por tanto, debe responder a diferentes señales, algunas generadas externamente y otras internamente. Por ende, esta ricamente conectado con muchas partes del sistema nervioso central. Responde a la luz, estímulos olfativos, esteroides, información transmitida neuronalmente, entradas autonómicas, estímulos transmitidos por sangre, estrés y microorganismos invasores.

Bienvenidos a los núcleos.

Los núcleos hipotalámicos incluyen tres regiones (que a su vez se dividen en varias áreas  y éstas en núcleos). Lo más importante aquí es comprender las funciones más relevantes de cada región:


Región anterior: Contiene el núcleo sexualmente dismórfico, que emite somatocrinina (las diferencias de desarrollo entre los sexos se basan en niveles de testosterona in útero), emisión de oxitocina, termo-regulación  regulación de la transpiración, jadeo, ritmos circadianos, sed y hambre.

Región tuberalRegulación de la presión sanguínea, ritmo cardíaco  saciedad, control neuroendocrino, somatocrinina, alimentación, dopamina, sed y hambre.

- Región posterior: Memoria, incremento de la presión sanguínea, dilatación pupilar, escalofríos.

El hipotálamo y el control de la ingesta de alimentos.

La parte extremo lateral del núcleo ventromedial del hipotálamo es responsable por la ingesta de alimentos. La estimulación de esta área puede incrementar la misma, y la lesión bilateral de la misma puede producir un cese total de la ingesta alimenticia.

A su vez, las partes mediales del núcleo tienen un efecto controlador sobre la parte lateral y lesiones a la parte medial del núcleo ventromedial causan polifagia (el aumento anormal de la necesidad de comer) y obesidad en el animal.

El hipotálamo sexualmente dismórfico.

Varios núcleos hipotalámicos son sexualmente dismórficos, es decir, existen claras diferenciaciones estructurales y funcionales entre machos y hembras.

La importancia de estas diferencias se reconoce a través de diferencias funcionales entre ambos sexos. Por ejemplo, los machos de muchas especies prefieren el olor y la apariencia de las hembras por sobre los machos, instrumental en la estimulación de la conducta sexual masculina.

Si el núcleo sexualmente dismórfico es lesionado, esta preferencia disminuye. El patrón de segregación de hormonas de crecimiento también es sexualmente dismórfico, lo que explica por qué en muchas especies el macho suele ser más grande que la hembra.

El hipotálamo procesador de tus peores temores.

La zona medial del hipotálamo es parte de la red que controla los comportamientos motivados, tales como los defensivos. Aquí se regula la expresión de comportamientos defensivos innatos y condicionados.

La exposición a un depredador (por ejemplo, un gato) provoca comportamientos defensivos en ratas de laboratorio (aun cuando el roedor jamas ha sido expuesto previamente a un gato). El núcleo premamilar (parte del hipotálamo) juega un rol importante en la expresión de comportamientos defensivos ante un depredador, demostrado cuando al haber lesiones en el área estos comportamientos cesan (tales como el congelarse o el huir).

“Sham rage” (falsa ira).

El “sham rage” o falsa ira es un comportamiento que incluye morder, arañar, sisear, arquear la espalda, alternando movimientos violentos de los miembros, producido en los experimentos con animales mediante la eliminación de la corteza cerebral.

Tales estudios de ablación realizados en 1928, demostraron que el hipotálamo posterior es importante en la expresión de la ira y la agresión.

Vemos así como lesiones selectivas en diversas áreas del hipotálamo pueden alterar drásticamente la respuesta esperada de ira o temor en animales, e incluso provocar respuestas agresivas (o temerarias) en animales que usualmente no lo son (o no las manifestarían bajo ciertas circunstancias).

Subtipos de agresión: Agresión predatoria versus agresión afectiva.

La estimulación en distintas áreas del hipotálamo provoca una manifestación distintiva de agresión.

En un estudio de estimulación en gatos (Flynn, 1967), la estimulación al área lateral y medial provocó manifestaciones de agresión muy distintas.

La primera causaba la manifestación de una agresión predatoria (orientada a una meta especifica, atrapar y acabar con la presa), mientras que la segunda provocaba una agresión afectiva (un ataque con saña, en el cual el gato parecía disfrutar el provocar daño a su presa).

Lo interesante de este segundo tipo de agresión es que existe un componente aversivo al mismo, es decir, los gatos entrenados intentaban detener el estímulo (casi podríamos decir que lo detectaban como egodistónico).

De esta forma, se definen dos subtipos de agresión:

Agresión predatoria (orientada a una meta, planeada, controlada):

- El sujeto es capaz de ocultar su agresividad.
- El sujeto puede controlar su comportamiento al ser agresivo.
- El sujeto es muy cuidadoso de su propia protección al ser agresivo.
- El sujeto busca beneficiarse por medio de su agresión.
- El sujeto planifica sus actos agresivos.
- El sujeto está orgulloso de ser agresivo.

Agresión afectiva (reactiva, no planeada, incontrolada):

- El sujeto puede dañar su propia propiedad.
- El sujeto puede ser agresivo frente a terceros (incapaz de ocultar su agresividad).
- El sujeto pierde el control frente a terceros.
- El sujeto se expone a daño físico.
- El sujeto pelea con terceros más fuertes que él.
- El sujeto es agresivo sin propósito alguno a su agresividad.
- La agresión no es planeada.
- El sujeto puede mostrar arrepentimiento después de la agresión.

De esta manera concluye la segunda etapa de este viaje a través de la neuroanatomía de las emociones y los invitó a leer el próximo post al respecto, donde les contaré más acerca de lo que aprendí sobre la amígdala. - Izzy