Según la OMS, los
estudios más recientes llevados a cabo sobre las respuestas de las mujeres a la
violencia infligida por su pareja se han centrado en las mujeres que utilizan
los servicios de apoyo como refugios o servicios de asesoramiento. Sin embargo,
al nivel de la población se sabe poco sobre la respuesta de la mujer a la
violencia o sobre la ayuda que recibe de las redes informales (familia, amigos,
etc.) y de los servicios de salud o sociales.
¿A quién cuentan las mujeres su experiencia
violenta?
Relativamente pocas
mujeres víctimas de violencia física acuden al personal de servicios formales o
a las autoridades, como líderes religiosos o tradicionales, el personal de
salud, la policía, asesores o el personal de organizaciones no gubernamentales
de mujeres, para contar sus experiencias violentas. Es más probable que las
mujeres que viven experiencias violentas físicas graves hablen con alguien que
las que son víctimas de violencia moderada.
¿Quién trata de ayudar?
Muchas veces, la mujer
víctima de violencia física informa de que nadie ha intentado ayudarlas. En
algunos casos, por ejemplo, puede que los miembros de la familia toleren la
violencia del hombre o sugieran una solución que anteponga las necesidades o el
bienestar de la familia a la seguridad de la mujer.
¿A qué instituciones o autoridades se dirigen
las mujeres?
De las investigaciones
realizadas en numerosos países se desprende que las redes informales, como la
familia, los amigos y los vecinos, constituyen, normalmente, el primer punto de
contacto de las mujeres que son víctimas de violencia, en lugar de los
servicios oficiales.
Incluso cuando las
mujeres cuentan a alguien su experiencia de violencia física, el porcentaje de
mujeres que buscan ayuda es mucho menor. De hecho, la mayoría de las mujeres
víctimas de violencia física reconocen que nunca han acudido a estas
instituciones.
La conclusión de que
más mujeres hablan con un interlocutor informal, en lugar de buscar ayuda
oficial puede deberse, en parte, a que la respuesta de una persona a la
violencia tarda tiempo en desarrollarse. En algunos casos, pueden pasar años
antes de que una mujer comience a hacer frente a la violencia en su vida o a
cuestionarla, o incluso más tiempo antes de que busque ayuda.
¿Por qué buscan ayuda las mujeres o por qué no
la buscan?
Es más probable que
las mujeres víctimas de violencia física grave acudan a una institución o a las
autoridades en busca de ayuda, frente a las que son víctimas de violencia
moderada. Las razones más frecuentes que se aducen para buscar ayuda están
relacionadas con la gravedad de la violencia, sus repercusiones sobre los hijos
de la pareja o el consejo de amigos y familiares de que busquen ayuda.
La razón más común
para no buscar ayuda es que las víctimas o bien consideran la violencia como
algo normal o trivial o que temen las consecuencias que pueden derivarse, como
más actos violentos, perder a sus hijos o avergonzar a su familia. Algunas
pueden pensar que no las creerán o que no serviría de nada.
Este bajo índice de
utilización de los servicios oficiales también se debe, en parte, a la limitada
disponibilidad de dichos servicios en muchos lugares. No obstante, incluso en
países que disponen de un nivel razonable de recursos destinados a ayudar a las
mujeres que son víctimas de violencia, las barreras como el miedo, el estigma y
la amenaza de perder a los hijos disuaden a muchas mujeres de buscar ayuda
¿Se defienden las mujeres con violencia?
El porcentaje de
mujeres que responden con violencia a sus parejas varía considerablemente. Las
probabilidades de hacerlo son más elevadas entre las víctimas de violencia
física grave que entre las víctimas de violencia física moderada.
Abandonar a una pareja violenta o seguir con
ella.
Existe un fuerte
vínculo entre el abandono del hogar y la gravedad de la violencia. De hecho, la
gravedad de la violencia es el principal motivo que dan las mujeres para
marcharse de casa (ya no podían soportarlo más, estaban gravemente heridas o su
pareja las había amenazado o había intentado matarlas).
Las mujeres que se
marcharon de casa declaran que se habían ido con sus familiares, y en menor
medida con amigos o vecinos. Nuevamente, es probable que estos patrones se
deban a la disponibilidad de lugares seguros para las mujeres y sus hijos, y a
factores culturales relacionados con la aceptación del abandono del hogar por
parte de la mujer o de que ésta se vaya a algún lugar sin su pareja.
En todos los entornos
examinados en estudios e investigaciones de la OMS al respecto, casi todas las
mujeres que habían abandonado su hogar declararon haberlo hecho porque “no
podían soportarlo más” o por la gravedad de la violencia.
¿Por qué regresan las mujeres?
A menudo, las mujeres
regresan porque no pueden dejar a sus hijos, o “por el bien de la familia”.
Otras de las razones son que la mujer quiere a su pareja, que su pareja le ha
pedido que vuelva, que le ha perdonado o piensa que cambiará, o porque su
familia le aconseja que regrese. Las mujeres que nunca se han ido de casa dan
motivos similares, e indican así mismo que no sabrían dónde ir. - Izzy
Extraído de: “Investigación pre-experimental
acerca del efecto del Programa de Recuperación Breve (PRB) para Sobrevivientes
de Trauma de la Dra. Edna B. Foa y el Dr. David S. Riggs en el tratamiento
ambulatorio a mujeres víctimas de violencia atendidas en el Centro para el
Desarrollo de la Mujer (CEDEM); Autor: Ezequiel Meilij.