miércoles, 27 de agosto de 2014

Las formas y los contextos de la violencia II - Violencia autoinfligida.

"El suicidio es la decimotercera causa de muerte en el mundo. Las tasas más elevadas se registran en los países de Europa Oriental, y las más bajas principalmente en América Latina y unos pocos países de Asia. En general, las tasas de suicidio aumentan con la edad. Entre las personas mayores de 75 años son aproximadamente tres veces superiores a las de la población de 15 a 24 años..."

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Existen muchos tipos distintos de violencia, y se producen en muy diversos contextos, tales como la violencia interpersonal, la autoinfligida y la colectiva.

En gran parte del mundo el suicidio está estigmatizado, condenado por razones religiosas o culturales, y en algunos países el comportamiento suicida constituye un delito castigado por la ley. Es un acto subrepticio y rodeado de tabúes, y es probable que no se reconozca, se clasifique erróneamente o se oculte de forma deliberada en las actas oficiales de defunción.

Magnitud del problema.

El suicidio es la decimotercera causa de muerte en el mundo. Las tasas más elevadas se registran en los países de Europa Oriental, y las más bajas principalmente en América Latina y unos pocos países de Asia.

En general, las tasas de suicidio aumentan con la edad. Entre las personas mayores de 75 años son aproximadamente tres veces superiores a las de la población de 15 a 24 años. Sin embargo, las cifras absolutas más altas se registran mayoritariamente entre los menores de 45 años. En la población de edad comprendida entre los 15 y los 44 años, las lesiones autoinfligidas constituyen la cuarta causa de muerte y la sexta causa de mala salud y discapacidad.

En el mundo se producen una media de tres suicidios masculinos por cada suicidio femenino, proporción que también varía mucho entre los distintos países.

Las tasas de suicidio también varían dentro de los países, entre las poblaciones urbanas y rurales y entre diferentes grupos raciales y étnicos. Por ejemplo, es frecuente que las tasas de suicidio sean más elevadas en los pueblos indígenas que en el resto de la población de un país.

Sólo una minoría de quienes tienen tendencias suicidas llegan a quitarse la vida. Se calcula que, por término medio, se producen entre dos y tres intentos de suicidio por cada suicidio consumado entre los mayores de 65 años, mientras que, en la población menor de 25 años, la proporción entre actos suicidas no mortales y mortales puede llegar a ser de 100–200:1. Aproximadamente el 10% de las personas que intentan suicidarse termina por quitarse la vida, y una proporción mayor de ellos albergan pensamientos suicidas pero nunca intentan matarse. Por lo general, las mujeres tienen más pensamientos suicidas que los hombres.




La dinámica del suicidio.

Diversos acontecimientos o circunstancias estresantes, como la pobreza, el desempleo, la pérdida de personas queridas, las discusiones con la familia o los amigos, la ruptura de las relaciones y los problemas legales o relacionados con el trabajo, pueden aumentar el riesgo de que las personas atenten contra sí mismas. Aunque estas experiencias son frecuentes, sólo una minoría se ve impulsada a suicidarse. Para que estos factores se precipiten o desencadenen el suicidio, deben sobrevenirles a personas predispuestas o particularmente propensas, por otros motivos, a atentar contra sí mismas.

Al igual que ocurre con la violencia interpersonal, los factores de riesgo predisponentes son el abuso del alcohol y las drogas, los antecedentes de abusos físicos o sexuales en la infancia y el aislamiento social. Influyen también problemas psiquiátricos tales como la depresión y otros trastornos anímicos, la esquizofrenia y un sentimiento general de desesperanza. Las enfermedades somáticas, sobre todo las dolorosas o discapacitantes, son otro factor destacado. El acceso a los medios para quitarse la vida (armas, medicamentos y venenos agrícolas) es un importante factor de riesgo en sí mismo y un determinante significativo del éxito o el fracaso de los intentos.

Un intento previo de suicidio tiene gran valor como factor predictivo de un ulterior acto suicida mortal, sobre todo en los seis meses siguientes al primer intento.

Varios factores protegen a las personas de las ideas o actos suicidas: la alta autoestima la conexión social, especialmente con la familia y los amigos, el respaldo social, un matrimonio estable y feliz, y el compromiso con una religión.

Extraído de: “Investigación pre-experimental acerca del efecto del Programa de Recuperación Breve (PRB) para Sobrevivientes de Trauma de la Dra. Edna B. Foa y el Dr. David S. Riggs en el tratamiento ambulatorio a mujeres víctimas de violencia atendidas en el Centro para el Desarrollo de la Mujer (CEDEM); Autor: Ezequiel Meilij.

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