¡Jelou! Cuando estamos
en una relación, estamos inmersos en lo que llamamos un sistema familiar
multigeneracional, la fuente de la dotación biológica y psicológica de ambos integrantes
de la pareja. Sí, es más o menos nuestra bolsita de problemas no resueltos y
dinámicas disfuncionales y otras cosas feas que hacen ruido en la noche y se
esconden debajo de la cama y dentro de los armarios y se transmiten de
generación en generación como una especie de maldición, hasta que finalmente son
levantadas cuando dices algo así como... "Mmm, tal vez debería ir a ver a
un terapeuta..." ¡Weee!
Algo que llevamos en
nuestra pequeña bolsa y trasladamos a nuestra relación es el estrés familiar.
¡Imagina eso! Con todo el estrés que supone ser uno mismo + seguir siendo uno
mismo mientras nos relacionamos con otra persona, ¡nos toca añadir el estrés que
tanto nosotros como nuestra pareja está aportando a la mezcla desde sus
respectivos sistemas familiares! ¡Eso es mucho estrés!
Podemos dividir este
estrés familiar en dos tipos: el estrés situacional y del desarrollo. Vamos a
echar un vistazo a cada uno y ver cómo afecta a nuestra relación, ¿de acuerdo?
Estrés situacional.
Este tipo de estrés se
refiere al impacto de los acontecimientos estresantes en nuestras vidas (y en
las de nuestra familia de origen) que exigen un comportamiento adaptativo o de
afrontamiento. Especialmente cuando venimos de un sistema familiar que no puede
o simplemente no sabe o no tiene las herramientas y los recursos para adaptarse
o afrontar.
Estos estresores tienden
a formar grupos, ya sabes: cuando llueve, llueve a cántaros, y si tienes un paraguas
malo + goteras en el techo (o no tienes ni paraguas ni techo para cubrirte de
la lluvia) estás obligado a mojarte, coger un resfriado y sentirte pésimo y
triste.
Una ocurrencia
simultánea de muchos de estos estresores, en combinación con uno o más tiempos
de transición forma un período de estresores apiñados. Este apiñamiento de
estresores pone en marcha una serie de procesos emocionales interconectados en
los individuos y las parejas en la unidad familiar multigeneracional.
Simplemente dicho, vamos a reaccionar como se nos ha enseñado, sobre la base de
lo que tenemos en nuestra pequeña bolsa, y usando nuestros paraguas malos y
techos con goteras para buscar refugio y protección, o una caja de cartón + acting out (actuar nuestras emociones en
vez de sentirlas) + gritar + alcoholizarnos + drogarnos + ponernos en peligro +
ponernos ansiosos + deprimirnos, si no tenemos un paraguas o un techo que nos resguarde
de la lluvia.
Si se permite que
estos procesos escalen sin intervención (¡cómo buscar ayuda, por ejemplo!) el desarrollo
de síntomas (cualquiera de los anteriores + muchos más) es inevitable.
La cantidad de estrés requerido
para producir síntomas depende de la vulnerabilidad del sistema familiar particular,
también conocido como qué tan malo es tu paraguas o qué tanto gotea tu techo, o
si es que tienes alguno de estos para empezar. Un poco de lluvia para algunos
puede ser un aguacero para otros.
Un sistema familiar sano,
o más sano, funciona como un drenaje, drenando el agua de lluvia para que no se
inunde la casa o se empoce y empieza a oler mal. En un sistema más vulnerable,
el conflicto (o la lluvia de estrés) encontrará su camino hasta el individuo o
relación más vulnerable en el sistema y pasará por ciclos crecientes repetidos
(los mismos argumentos una y otra vez, ocurriendo cada vez con más frecuencia y
con más intensidad) hasta que una ruptura de la relación es inminente.
Si no deseas que esto te
pase, es el momento de echar un vistazo dentro de esa pequeña bolsa que llevas cargando
desde tu familia de origen (Sé que esto puede ser doloroso y triste a veces,
pero también es necesario para que puedas crecer y sanar) y comprobar los
paraguas y los techos para ver qué necesita reparación... y si no tienes tu
paraguas o techito "emocional", ¡nunca es demasiado tarde para
empezar a crear uno propio y muy hermoso!
No te vayas, en el
próximo post hablaremos de cómo el estrés del desarrollo de nuestras familias
de origen afecta a nuestras relaciones. Mientras tanto, ¡que estés bien! - Izzy
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