viernes, 26 de septiembre de 2014

Amantes visuales, auditivos y táctiles… y tú, ¿qué tipo eres?


Sin lugar a dudas nuestros cinco sentidos nos sirven para mucho en esta vida, y según Mike Bundrant, terapeuta experto en PNL (Programación Neurolingüística), la mayor parte de la comunicación toma lugar a través de tres de ellos: la vista (imágenes), el oído (sonidos) y el tacto (sensaciones).

Muchas personas tienen preferencia por uno de estos tres modos de comunicación, y como el amor es una forma de comunicarse (el famoso “idioma” del amor) tiene mucho sentido que nos comuniquemos en el “idioma” predilecto de nuestra pareja.

A los amantes visuales les encanta la evidencia visual del amor de sus parejas (cosas que pueden ver). ¡Ojo, no se trata solo de regalos vistosos, vestirse y verse bien para la pareja! También cuenta que nos vea haciendo cosas por ella (limpiando la cocina, cocinando, ayudándola en alguna tarea) y por supuesto esas señales de amor que podemos trasmitir visualmente a nuestra pareja (nuestra mirada, expresión facial, cómo nos eriza la piel, etc.).

A los amantes auditivos les fascina oír expresiones de afecto, ternura y amor. Hablarle suavemente, susurrarle, cantarles, y expresarle nuestro amor verbalmente son maneras seguras de hacer que nuestro mensaje les llegue. ¡Claro, las expresiones vocales a la hora de la intimidad también cuentan (esos gemidos, suspiros, respiraciones entrecortadas y gritos inolvidables)!

A los amantes táctiles (u orientados a las sensaciones) les mueve el piso todo lo relacionado al tacto, las sensaciones, el contacto con la piel. Cuentan los abrazos, la cercanía física, sostener manos, besarse, acariciarse y un etcétera muy largo… ¡especialmente si hablamos de sexo!

La clave aquí está en que si nos comunicamos fuera del canal, onda o modalidad de nuestra pareja (es decir, con el sentido equivocado) es probable que nuestras muestras de amor y afecto no le lleguen, o al menos no con la intensidad que esperamos. Es más, ¡puede llegar a provocar la reacción contraria a la esperada!

Ahora bien, que una persona tenga preferencia por un sentido tampoco significa que el resto no aporta para nada, ¡a tener eso en cuenta! ¿Y si no estamos seguros de su preferencia? Dos opciones, la primera es experimentar y la segunda preguntar. 

Y si se van a ofender porque sus parejas les preguntan cuál es su sentido preferido, quizás en vez de aferrarse a esa expectativa irreal de que su pareja tiene que conocerles de adentro hacia afuera, sería mejor ejercitar un pensamiento más flexible, y valorar el que les aprecien lo suficiente para querer saber más de ustedes.

Después de todo, querer conocer y aprender de nuestra pareja es también una forma de comunicarle nuestro amor. ¿Ustedes qué piensan? - Izzy

Fragmentos extraidos de “Six Things Happy Couples Do Differently than the Rest (Based on Research)” (autor: Mike Bundrant).

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