lunes, 12 de enero de 2015

¿Cómo se desarrolla el apego desorganizado?


Siempre les recalco a mis pacientes la importancia de aprender acerca de nuestros patrones de apego, esa dinámica de interacción que aprendemos de nuestros padres o cuidadores primarios, y que nos sirve de esquema básico (nuestro librito) acerca de cómo relacionarnos con los demás (y con nosotros mismos). Conocer nuestro patrón de apego nos ayuda a entender mejor nuestra historia, nuestro comportamiento y nuestras emociones. También nos ayuda a conocer nuestras fortalezas y debilidades, y saber qué es necesario desaprender y aprender. Nuestro patrón de apego, cuando somos muy pequeños e indefensos, nos da la base segura desde la cual exploramos el mundo y nuestro entorno, o la base más insegura en la cual toman raíz nuestros miedos e inseguridades más profundos. 

Según la Dra. Lisa Firestone, el trauma no resuelto y las pérdidas en las vidas de los padres son el mejor predictor de apego desorganizado entre estos y sus hijos. Los padres que han experimentado un trauma en sus primeros años de vida y no lo han resuelto son propensos a involucrarse en comportamientos desorientadores con sus hijos. Lo que impacta el apego entre padres e hijos no es necesariamente qué tan mala fue la infancia de los padres, sino lo mucho que han sido capaces de dar sentido a su pasado y sentir plenamente este dolor, creando de esta manera una narrativa coherente. Más capaces sean las personas de resolver el trauma y el conflicto de sus primeros años de vida, más capaces serán para formar un apego seguro con sus hijos.

El haber tenido experiencias de abuso, negligencia o trauma irresuelto en nuestras vidas tempranas puede tener efectos duraderos que nos dejan vulnerable a sentirnos abrumados por las emociones en momentos de estrés entre nosotros y nuestros hijos. Se estima que el 20-40% de la población general tiene un grado de apego desorganizado, mientras que el 80% de los niños que han sido víctimas de abusos tienen un apego desorganizado hacia sus padres. El apego desorganizado puede ser pasado de generación a generación, debido a que los padres que luchan con traumas irresueltos en sus vidas enfrentan muchos problemas a la hora de tolerar un agama de emociones en sus hijos. Pueden reaccionar a ellos con miedo y otras emociones primarias que salen a la superficie en momentos de estrés. En momentos así, los padres pueden actuar de manera agresiva, atemorizante y destructiva, sin siquiera estar plenamente conscientes de su comportamiento.

Lo importante de esto es saber que los traumas sin resolver y pérdidas de nuestra infancia se pueden trabajar y elaborar en terapia, desaprendiendo los patrones de apego disfuncionales y aprendiendo maneras más sanas para relacionarnos, no solo con nuestros hijos, sino también con nosotros mismos y con los demás. - Izzy

Fragmentos extraídos del artículo “Disorganized Attachment”, por la Dra. Lisa Firestone.

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