miércoles, 2 de enero de 2013

Marte, Venus, el Sexo y la Pornografía.

Los hombres y las mujeres experimentan el sexo (en la realidad y en la fantasía) de formas distintas. Se dice que los hombres tendemos a orientarnos visualmente, mientras que las mujeres tienden a interesarse más en una conexión o relación.

Al ver pornografía, típicamente un hombre se excita ante imágenes de actos sexuales concretos o partes sexuales específicas del cuerpo. Las mujeres se excitan típicamente por imágenes sexuales que incluyen o al menos infieren algún tipo de conexión emocional entre los partícipes.

"Ay, no, esta película porno NO tiene trama ni romance, mejor
le cambio y pongo Chespirito..."


Estas diferencias de género también se notan en los adictos al sexo (sin entrar en debate en cuanto a la validez del término, eso lo dejamos para otro post). En un estudio comparativo se encontró que los adictos al sexo masculinos mostraban mayor interés que sus contrapartes femeninas en actividades que objetificaban a la pareja sexual, mientras que las adictas al sexo femeninas mostraban mayor interés en romance y actividades que creaban la ilusión de una relación.

"Ay, no, esta película porno TIENE trama y romance, mejor
le cambio y pongo Los Simpsons..."


También hay diferencias entre los géneros en cuanto al significado dado a la excitación sexual fisiológica, según estudios realizados. Los hombres se excitan más al ver categorías de personas con las cuales preferirían tener sexo (por ejemplo, hombres heterosexuales viendo mujeres), mientras que las mujeres pueden excitarse con una gama más amplia de imágenes. Esto sugiere que en la excitación sexual fisiológica, hay más en juego para las mujeres que tan solo partes sexuales del cuerpo.

Espero que este post les haya parecido interesante y les ayude a comprender un poco mejor la perspectiva del sexo contrario sobre cómo se vive el sexo, las fantasías y la pornografía; e incluso a conocer mejor nuestra propia sexualidad.

Namaste.

Fragmentos extraidos de "Men, Women, and Sexual Objectification", por Robert Weiss.

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