¡Hola! Dicen que en el sexo hay muchos mitos, y yo prefiero hacer menos énfasis en esto de los “mitos” y más en aclarar algunos conceptos erróneos que muchas personas tienen respecto al sexo y la sexualidad humana, ¡espero les guste!
1. No es sexo si no hay penetración.
Si bien la penetración es parte del sexo y es una actividad muy placentera para todos los involucrados, difícilmente define al sexo en su totalidad. Una pareja puede tener una sesión de sexo increíblemente apasionada y satisfactoria sin que haya penetración, mediante besos, caricias, palabras, estimulación oral, manual, juguetes sexuales, etc.
2. La masturbación no es sexo.
Ya sea a solas o en pareja, la masturbación también es sexo. La masturbación es la primera manera en que descubrimos y aprendemos a disfrutar nuestro cuerpo, nuestros genitales y nuestra sexualidad. Las personas que se masturban saben qué les gusta, cómo les gusta ser tocadas y la masturbación mutua es una excelente forma de tener sexo.
3. No hay sexo si no hay orgasmo.
Si bien el orgasmo es deseable, de nada sirve llegar a la meta cuando no se disfruta del viaje. Hay ocasiones en las que la pareja tiene sexo y uno de ellos, o ambos, no logran llegar al orgasmo. No es el fin del mundo. El orgasmo no es requisito indispensable para el sexo en la pareja, y si por alguna razón no llega, aún se puede disfrutar del sexo, la estimulación, la intimidad y el estar juntos. Eso sí, si la situación se extiende y comienza a producir malestar a uno o ambos integrantes de la pareja, pueden consultar a un terapeuta o sexólogo al respecto.
4. El hombre necesita una erección para tener sexo.
Al igual que con el orgasmo y con la penetración, no se requiere de una erección para disfrutar del sexo. La pareja puede recurrir al sexo oral, masturbación y los juguetes sexuales como complementos para una sesión candente de sexo, aun cuando al hombre le cueste o se le imposibilite tener una erección.
5. El hombre siempre inicia el sexo.
Nos han enseñado que el hombre siempre debe tomar la iniciativa, tener el rol activo y ser dominante a la hora del sexo, pero en realidad, las parejas que más disfrutan del sexo son aquellas que se dan permiso de asumir roles más flexibles y versátiles. Hay muchos hombres que disfrutan cuando la mujer toma la iniciativa, son más activas y dominantes y hay muchas mujeres que disfrutan experimentar con un hombre más pasivo y sumiso. Experimentar no hace daño, reprimir fantasías sanas y consensuales sí.
6. Si le tienes que decir cómo hacerlo, lo está haciendo mal.
Asumimos que nuestras parejas tienen que ser expertas en el sexo y conocer intuitivamente cada uno de nuestros puntos más erógenos. No tiene nada de malo decirle a nuestra pareja qué nos gusta, cómo y dónde nos gusta que nos toquen y estimulen (claro, ¡una cosa es comunicar y otra dirigir!). Tampoco tiene nada de malo preguntarle a nuestra pareja, ¿cómo se supone que nos conozcamos sexualmente si nos da miedo, pena o vergüenza decir y preguntar?
7. Los hombres siempre están preparados para tener sexo.
Al igual que las mujeres, los hombres no venimos con un botón de encendido automático (nuestros penes tampoco). Si bien es cierto que el hombre logra excitarse (erección) más rápidamente que la mujer, aún así necesita de cierta estimulación, no solo sexual, los hombres también disfrutamos sentirnos apreciados, queridos y valorados por nuestra pareja.
8. Las mujeres siempre llegan al orgasmo con la penetración.
La mayoría de las mujeres no logran llegar al orgasmo solamente por medio de la penetración vaginal. Los hombres deben recordar que esto no tiene nada que ver con la “valía” de su hombría, de su virilidad ni de su erección. Es más fácil para la mujer llegar al orgasmo por estimulación oral y/o manual del clítoris. Esto no significa que no disfruten de la penetración, pero sí que la disfrutarán mucho más si su pareja también le presta debida atención a su clítoris.
9. Si estás en pareja y te masturbas (o tu pareja lo hace), hay problemas.
La masturbación es parte de nuestra sexualidad, y se puede seguir disfrutando de ella (a solas o mutuamente) estando en pareja. Que disfrutes de la masturbación a solas de vez en cuando (o cuando por alguna razón no puedes hacerlo con tu pareja) no significa que no desees a tu pareja y viceversa.
10. Si fantaseas con otra persona (o tu pareja lo hace), hay problemas.
Las fantasías son una parte natural de nuestra sexualidad, no hay nada peor que reprimirlas o negarlas. Mientras una fantasía se mantenga como tal, no hay razones para que la pareja se sienta celosa, todos tenemos derecho a fantasear sobre lo que queramos, y una pareja sexualmente saludable es aquella en la cual sus integrantes tienen permiso de fantasear y de compartir sus fantasías sin prejuicios, culpas o reproches.
¿Conclusiones?
En conclusión, no hay que dejar que los conceptos erróneos, mitos, tabúes, pensamientos negativos, creencias rígidas y demandas irracionales acerca del sexo, nuestros cuerpos, fantasías y sexualidad nos inhiban de disfrutar nuestra vida sexual de manera saludable y plena. Ya saben, ¡que estén bien! - Izzy
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