¡Hola! Llegamos a la anteúltima entrega de “Café con TCC” un vistazo general a lo que es la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) en base al marco teórico de mi tesis de maestría en Psicología Clínica (acerca del uso de la TCC en el abordaje y tratamiento del trauma en mujeres víctimas de violencia doméstica). Espero hayan disfrutado el viaje hasta ahora y les haya aclarado algunas dudas sobre las premisas teóricas y básicas de la TCC y tal vez les haya encendido la curiosidad por aprender más sobre ella. Ahora vamos a lo que nos atañe…
¿Qué son las distorsiones cognitivas?
Las distorsiones cognitivas son una forma de error en el procesamiento de información. Desempeñan un papel predominante en la psicopatología al producir la perturbación emocional.
La primera enumeración fue dada por Albert Ellis y fue ampliado por Aaron T. Beck. Las distorsiones cognitivas son las que determinan las creencias desadaptativas (pensamientos automáticos) que producirían la perturbación (reacción emocional y comportamental).
Estas percepciones y pensamientos distorsionados que realiza el sujeto acerca de sí mismo, del mundo y del futuro, lo llevan a desarrollar estados de ánimo disfuncionales.
Aprender (y enseñar) a refutar estas distorsiones y sus consecuentes pensamientos negativos, se conoce como reestructuración cognitiva.
Las distorsiones cognitivas más frecuentes.
La lista de distorsiones puede variar de autor en autor y de libro en libro, razón por la cual para propósitos de este post, alteré el listado como aparece originalmente en mi tesis acorde al listado de distorsiones cognitivas citado por Judith Beck en el libro “Cognitive Behavior Therapy - Basics and Beyond”:
Pensamiento de todo o nada (pensamiento dicotómico o en blanco y negro): Se refiere a ver los eventos o las personas bajo la lupa del todo o nada. Ejemplo: “Toda esta relación fue una porquería.”.
Adivinación del futuro (catastrofización): El sujeto predice que las cosas van a ponerse peor o algún peligro está por llegar. Ejemplo: “¿Para qué estudiar si voy a fracasar?”.
Descalificar o descartar lo positivo: Consiste en atribuir que los talentos y logros (todo lo positivo) que uno tiene o que otros obtienen son triviales. También se le conoce como minimizar lo positivo. Ejemplo: Una joven profesional, con una excelente carrera y graduada con honores, al hacer una revisión de su rendimiento laboral describe los éxitos obtenidos desvinculando los esfuerzos realizados o desconociendo que gracias a sus habilidades se pudo llegar a la meta propuesta.
Razonamiento emotivo: Dirigir los juicios en base a los sentimientos. Ejemplo: “Mi compañero de trabajo se ha estado quedando hasta tarde en la oficina con nuestra jefa. Siento celos y sospecho de mi compañero. Basado en estos sentimientos, concluyo que mi compañero debe de estar manteniendo un amorío con ella.”
Rotulación (etiquetación): Asignar rótulos o rasgos negativos globales a uno mismo o a otros. Ejemplo: “Yo soy un/a inútil.”
Magnificación/minimización (magnificar lo negativo y minimizar lo positivo): Subestimar y sobreestimar la manera de ser de eventos o personas. Ejemplo: “No me has llamado, me quiero morir.” “Sacaste un 10 en el examen. Seguro eran preguntas facilísimas.”
Filtro mental (abstracción selectiva): Enfocar y seleccionar solo los puntos negativos y no ver los positivos. Ejemplo: Una persona obtiene una mala calificación en un área de su desempeño y una excelente apreciación general sobre sus cualidades, carácter y dedicación; sin embargo desecha estas últimas y considera que ha fracasado totalmente basado solamente en la mala calificación.
Lectura de la mente: El sujeto supone que conoce lo que la gente está pensando sin tener suficientes evidencias sobre sus pensamientos. Ejemplo: “Yo sé que ella está pensando que yo no estoy preparada para este trabajo.”
Generalización (o sobre-generalización): Hace referencia a tomar casos aislados y generalizar su validez para todo. Ejemplo: “Ella no vino a la cita. Todas las mujeres son unas malditas.”
Personalización: También conocida como falsa atribución, consiste en asumir que uno mismo u otros han causado cosas directamente, cuando muy posiblemente no haya sido el caso en realidad. Cuando se aplica a uno mismo puede producir ansiedad y culpa, y aplicado a otros produce enojo exacerbado y ansiedad de persecución. Ejemplo: “A mi madre le dio un ataque. Tiene que ser culpa mía por no haberla llamado desde hace días.”
Expresiones con “debe” o “debería” (exigencias, demandas): Se trata de concentrarse en lo que uno piensa que "debería" ser en lugar ver las cosas como son, y tener reglas rígidas que se piensa que deberían aplicarse sin importar el contexto situacional. Ejemplo: “Aunque la haya mandado al diablo, debería de llamarme para ver cómo estoy.”
Visión de túnel: Solo se ven los aspectos negativos de una situación. Ejemplo: “El profesor de mi hijo no puede hacer nada bien. Es criticón e insensible y pésimo educador.”
Ya saben, la próxima vez que se encuentren sintiéndose o actuando mal, deténganse un momento y háganse la siguiente pregunta: “¿En qué estoy pensando?” Es probable que detecten una (o varias) distorsiones cognitivas en su forma de pensar que no les están haciendo nada de bien y que no vendría mal cambiar por pensamientos más sanos, realistas, flexibles y adaptativos. - Izzy.
Próxima parte: Práctica de la Terapia Cognitiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario