jueves, 13 de marzo de 2014

Romper sin romperse en el proceso II.

Después que terminé de elaborar la entrada anterior, me quedé pensando, ¡qué difícil que es hoy en día evitar caer en esas “zonas grises” entre “fuimos” y “ya no somos” que ocurren después de una ruptura. Y es que las redes sociales nos tienen enredados y es difícil desenredarse, y especialmente aquí en Panamá, donde los 6 grados de separación a veces parecen ser 3, 2 y hasta 1.

Redes sociales, amigos mutuos, ex-familiares y todo lo demás también…

Es casi inevitable toparse con la presencia de esa persona que ya no es parte de tu vida en las redes sociales, en encuentros con amigos en común, al cruzarse con los ex-parientes políticos en la calle, en el súper, en el centro comercial, cine, etc.

Incluso si eliminas a tu ex pareja, ex parientes políticos y ex amigos en común de tus contactos en redes sociales, es tan fácil que indirectamente te des cuenta de que alguien que sigues o te sigue también sigue o es seguido por tu ex pareja.


¿Será que hay que desconectarse del mundo hasta que termine el duelo? Si queremos romper sin rompernos en el proceso, toca tomar todas las medidas preventivas posibles, sin tampoco dejar de vivir. Evitar los lugares comunes, evitar las situaciones dónde sería previsible toparse con el recuerdo o los fantasmas de lo que fue, no fue y pudo haber sido.

¿Y si nos pasa, por mas prevenciones que hayamos tomado? Respirar profundo y comportarse con dignidad. Sobrellevar el momento de la mejor manera posible, procurar hacerlo lo más corto posible y seguir camino.

Ojo, no me refiero a que ahora tu ex pareja y tu son enemigos a muerte, indeseables, no se pueden ni ver, sino que no es fácil toparse con la persona con la que compartiste un montón de cosas lindas y ambos saber que ahora es diferente. Cuesta, y es una parte natural del proceso, mas aun si hubo muchas vivencias positivas y profundas compartidas.

Otro punto importante, es muy difícil predecir cómo vamos a reaccionar (o como va a reaccionar la otra persona) si ocurre un encuentro después de la ruptura. Uno se lo imagina de una forma, se hace toda una película en la cabeza, anticipa los diálogos y las reacciones… y cuando pasa, ¡nada que ver! Se nos olvidan las líneas, no sabemos qué decir, que hacer, ¡casi nos dan ganas de salir corriendo como en las comiquitas!

No se auto-castiguen de más, eso también es normal y parte del proceso. Se va aprendiendo sobre la marcha y no hay dos rupturas iguales, porque no hay dos relaciones iguales y cada persona es un mundo y cada pareja y ex-pareja es una combinación única de esos dos mundos (aunque sean mundos que ya no son).

Si sienten que reaccionaron mal, o no como hubieran querido, si terminaron bien o más o menos bien y aun hay un canal de comunicación posible, pueden explicarse y aclararse (ojo, si saliste de una relación codependiente, recuerda que es la dinámica usual preocuparse de mas por la otra persona y de menos por uno mismo y que es hora de empezar a dejar de hacer eso, aunque nos cueste, quizás esta vez lo mejor sea resistir la tentación de explicarse y aclararse ante la otra persona, y en lugar de eso, mejor aclararse y explicarse ante uno mismo, para no seguir repitiendo patrones). 

Si terminaron mal y ya no hay canal de comunicación, bueno, mas justificación para reaccionar así, ¿qué se le va a hacer? Somos humanos, y en este momento, nuestra prioridad es nuestro bienestar y confiar en que la ex pareja también esté velando por la propia, para que nadie se rompa en este proceso de romper. Nos vemos en el camino. - Izzy.

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