domingo, 2 de marzo de 2014

Tool, Jung, sombras y cromosomas III.



Si bien la idea de que podamos desarrollar un par extra de cromosomas es súper interesante, “Forty Six & 2” me llamó más la atención por sus referencias a la sombra más que por la alusión a esta teoría de Bob Frissell. No he oído de seres humanos con 48 cromosomas… aún. Se con certeza que la norma (mas adelante veremos porque digo que es una norma, ya que toda norma tiene su excepción) para los seres humanos es tener 46 cromosomas, y estoy de acuerdo con Bob (sin necesidad de estarlo con su filosofía/ideología) de que somos seres sumamente caóticos, desorganizados y confundidos, pero lo que en realidad me intrigó fueron estas referencias a las dichosas tribus aborígenes de Australia que poseen 2 cromosomas menos que los demás. ¿Verdad o cuento chino? 

Estación tres. 

La página de Bob Frissell habla de muchos temas, entre ellos la geometría sagrada, que si bien puede sonar como un concepto hartamente místico o metafísico, está presente en muchos aspectos de la naturaleza (y esto si está comprobado científicamente, es decir, la explicación “mística” ya es otro tema, pero el fundamento científico está ahí). Incluso hace mención de la conexión con Tool, y el uso de la geometría sagrada (supuestamente, la base de todo en el universo, matemáticas incluidas), la flor de la vida (una figura geométrica que supuestamente contiene en ella toda la información necesaria para la creación de la vida) y otros conceptos en el álbum “Aenima” (titulo curiosamente basado en otro concepto Jungiano, el del ánima). 

Pero no encontré nada sobre aborígenes australianos con 44 cromosomas. Una búsqueda en Google por el término “aborígenes australianos 44 cromosomas” (en inglés) me dio varios resultados y decidí explorar si alguna contenía algo de información concreta. En este punto entiendo que este post se aleja cada vez más de lo psicológico y se acerca cada vez más a lo biológico, pero, hey, la biología tiene mucho que ver con la psicología. 

Me da la impresión de que en algún punto, alguien se tomó la “licencia poética”, al describir este supuesto primer nivel de evolución humana caracterizada por humanos de 44 cromosomas, de incluir (o forzar la inclusión) a los pobres aborígenes australianos, privándoles de un valioso par de cromosomas que siempre vienen bien. 

Otra aclaración necesaria es que, a pesar de que esta teoría de Bob Frissell implica mayor numero de cromosomas a mayor nivel evolutivo, esto no significa que los seres más “evolucionados” (concepto muy subjetivo, evolucionados según qué o según quién) necesariamente tengan más cromosomas. Para ejemplo un botón: Nosotros tenemos 46 cromosomas. Un helecho tiene 480. Al menos a mí, aunque me tilden de narcisista, me gusta pensar que soy más evolucionado que el helecho que tengo en el balcón del depa. 

"Lo que nos falta en humanidad... ¡nos sobra en cromosomas!"

Tener más o menos de 46 cromosomas es posible, pero casi siempre resulta en algún trastorno, desorden o defecto. Pero como dije un poco más arriba, o en un post anterior de la serie, la existencia de la norma es lo que permite la existencia de la excepción, y a la naturaleza le encantan las excepciones a la norma.

Hace unos años atrás, un doctor en la China identifico a un hombre con 44 cromosomas. Excepto por esta diferencia numérica, en toda forma medible, se trataba de un hombre perfectamente normal. Eso sí, no era un aborigen australiano. 

En realidad, el tema no era tanto que esta persona tuviera dos cromosomas de menos, en realidad estaban ahí, pero fusionadas a otras dos (sus cromosomas 14 estaban fusionadas con sus cromosomas 15, y para aclarar, las cromosomas vienen en pares enumerados del 1 al 23, o 22, si no tomamos en cuenta nuestros cromosomas sexuales, XX o XY). 

Es más, si evolucionáramos hacia 48 cromosomas, nos encontraríamos en una situación irónica, tendríamos la misma cantidad de cromosomas que teníamos antes de evolucionar hacia los 46. Así es, antes de tener 46 cromosomas, teníamos 48, igual que nuestros primos lejanos, los chimpancés.

"Con mis 2 cromosomas extras hago toda clase de monerías..."

¿Entonces si evolucionamos nos convertiríamos en chimpancés? ¿Los chimpancés ya están evolutivamente por encima de nosotros, con sus dos cromosomas extras? ¡Malditos sean! De eso no tengo la menor idea, pero eso sí, me parece que los chimpancés no se pasan la vida escapándose de su sombra, como nosotros. Quizás esa sea una lección que podemos aprender de ellos. - Izzy

Fragmentos de estos artículos extraídos de: 
Estación uno: “Forty Six & 2 Explanation” - http://www.youtube.com/watch?v=OufK0647p1U 
Estación dos: “Forty Six & 2 - Tool” - http://www.youtube.com/watch?v=Tja6_h4lT6A 
Estación tres: “The 44 Chromosome Man” - http://genetics.thetech.org/original_news/news124

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