lunes, 31 de marzo de 2014

"Lucha entre su hijo y su celular” (colaboración con Irlanda Sotillo, publicada en Vivir+, La Prensa, 31 de marzo, 2014).

"Parece que hay padres a los que les da miedo estar presentes con sus hijos y sentarse a hablar con ellos, prefieren esconderse detrás del teléfono inteligente o darles a los pequeños una tableta para que se entretengan mientras llega la comida. Los niños que crecen observando esta conducta por parte de sus padres se convertirán en adultos con pocas habilidades sociales y poca tolerancia a la..."
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Si es de los que no se despega ni un segundo de su celular, anímese a dejar de usarlo al menos a la hora de comer a la mesa con sus hijos.

Un estudio reciente, realizado por tres investigadores del departamento de pediatría en la Universidad de Boston, Estados Unidos, publicado en la revista Pediatrics, advierte que esta práctica común de la sociedad moderna lleva al deterioro en la relación de padres e hijos y acarrea una serie de factores psicológicos negativos en el menor.

Los investigadores concluyeron que los aparatos tecnológicos, como los teléfonos inteligentes y las tabletas, constituyen un “obstáculo” entre el niño y el adulto responsable de su cuidado.

Responder a la pregunta de los infantes con un simple movimiento de cabeza, dejarlos en total libertad al punto que recorrían de extremo a extremo el local en busca de una salsa o hablar y o cantar en voz alta fueron situaciones que ocurrieron, sin que los progenitores se alarmasen por ello ni apartaran la vista de la pantalla de su dispositivo.

Estas fueron algunas de tantas situaciones registradas cuando 55 familias se sentaron en restaurantes de comida rápida y fueron observadas detenidamente durante dos meses por los investigadores.




Resultados.

De 55 grupos de padres y niños (menores de 10 años) se observó que el 72% (40 casos) de los adultos tomó su teléfono móvil mientras comía con sus hijos. Apenas el 7.5% (4 casos) de estos acudidos se limitó a dejar sobre la mesa su celular.

“Ellos comían y hablaban mientras miraban el aparato o solo lo soltaban brevemente para hacer otra actividad”, describieron los autores del estudio.

La escapatoria.

El estudio también detalla los dos caminos que optan los infantes cuando se sienten ignorados: unos intentan atraer la atención con una mala conducta y otros, resignados ante su situación, se distraen solos.

“La interacción cara a cara con sus hijos es crucial para el desarrollo cognitivo, emocional y del lenguaje”, añaden los estudiosos acerca de las afectaciones en las que incurre el adulto al distraerse con los dispositivos móviles. Lo más sorprendente para los investigadores es que algunos padres solo reaccionaban para dirigir fuertes amenazas a sus hijos por su inquieto comportamiento.

Volver al origen.

Según la panameña Danitza Haughton, especialista en medios sociales, este estudio viene a confirmar la popular frase: “Las tecnologías nos hacen sentir más cerca de las personas que están lejos y nos alejan de las personas que están cerca”. Haughton sustenta que, muchas veces, el comportamiento es visto como una adicción que sienten las personas hacia los equipos tecnológicos, por lo que sugiere que las personas deben ser más cuidadosas y “tomar más conciencia de ello”.

En tanto, el psicólogo clínico Ezequiel Meilij indica que los niños que crecen observando esta conducta por parte de sus padres “se convertirán en adultos con pocas habilidades sociales y poca tolerancia a la frustración. No podrán tolerar un minuto de silencio o compañía, sin usar el smartphone o la tableta como toalla de seguridad”.

El psicólogo justifica la reacción desmedida de los niños. “Ellos se vuelven más inquietos porque se dan cuenta de que sus padres están presentes a medias”.

Una de las posibles causas de este desligamiento lo encuentra en un posible temor a hablar con sus hijos. “Parece que hay padres a los que les da miedo estar presentes con sus hijos y sentarse a hablar con ellos, prefieren esconderse detrás del teléfono inteligente o darles a los pequeños una tableta para que se entretengan mientras llega la comida”, plantea.

El experto recomienda acostumbrar a apagar el celular mientras se va a la mesa y aprovechar ese tiempo para “conversar, reír, debatir constructivamente, verse a la cara y mirarse a los ojos en vez de preocuparse por lo que pase en Facebook o Twitter”.

Agrega que durante la ingesta de la comida, también es un momento propicio para el aprendizaje de los infantes acerca de la conducta, la educación, los límites y la cortesía.


Este artículo fue escrito por Irlanda Sotillo y publicado originalmente en Vivir+ de La Prensa, el lunes 31 de marzo, 2014. Enlace original: http://www.prensa.com/impreso/vivir/lucha-su-hijo-y-su-celular/300734

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